Fermín Cabanillas. La churrería ‘La Maki’ de Sevilla, arrasada por un incendio el pasado 4 de agosto, abrirá en dos semanas gracias a la ayuda solidaria de varias personas que han conseguido que sus propietarios, Esperanza Chamizo y Jesús Navarro, puedan recuperar su negocio en tiempo récord.
Chamizo ha explicado que, aunque inicialmente tenían previsto abrir dos meses como mínimo después del incendio, finalmente prevén recuperar la actividad en torno al 20 de septiembre, una vez que han realizado las principales reformas en el local, que ahora contará con maquinaria donada por una empresa sevillana.
“Nos dijeron que les avisáramos unos 15 días antes de la apertura, y ya les hemos avisado de que la traigan cuando quieran”, ha dicho la propietaria, que ha destacado la solidaridad de muchas personas que se han volcado con ellos para recuperar su negocio, ubicado en la barriada sevillana de Torreblanca.
La maquinaria será aportada por la empresa ‘Churrosur’, especialista, entre otras cosas, en maquinaria relacionada con este negocio, donándole dos fogones, una dosificadora automática, una manual, 50 kilos de chocolate, 300 de harina y 100 litros de aceite.
Últimos arreglos
Los propietarios de la churrería han arreglado ya el salón, instalado electricidad, techos y suelo, y faltan labores de pintura y algunos arreglos, que se terminarán en unos días.
Esperanza Chamizo ha señalado que desde el 1 de septiembre han contado con más ayuda, “con mucha gente que nos dijo que estaba de vacaciones y cuando han vuelto se han puesto manos a la obra ayudarnos”, además de los ingresos que se han realizado de forma voluntaria por muchas personas en la cuenta corriente abierta a tal efecto.
Jesús Navarro y Esperanza Chamizo pusieron en marcha la churrería hace cinco años, y el pasado 4 de agosto la perdieron completamente tras una chispa en la freidora, sin funcionar el extintor en ese momento, y sufriendo pérdidas por unos 25.000 euros.
La única solución la planteó la cuñada de Jesús, que publicó en sus redes sociales un mensaje con la cuenta corriente de la empresa pidiendo que ayudase cualquier persona que pudiese, y desde entonces la ayuda no ha cesado de llegar.
“Esto es impresionante”
«Es impresionante lo que estamos viviendo. Los maestros del instituto y el colegio del barrio han donado dinero, una empresa de cubas nos ha dado una para tirar lo inservible sin que nos cueste dinero, una empresa de pinturas y una asociación de vecinos nos van a dar la pintura, e incluso han venido ancianos con cinco o diez euros en la mano y nos han pedido que lo cojamos, que no pueden dar otra cosa pero nos quieren ayudar”, explicaba Jesús poco después del incendio.
Ahora queda la recta final, y en dos semanas abrirá de nuevo sus puertas, todo un milagro de solidaridad.