Redacción. Los miembros del consorcio Athisa Biogeneración, nazaríes y ANQUIMED (Análisis Químico Industrial y Medioambiental de la Universidad de Sevilla) han diseñado y desarrollado a través del proyecto BioSani-TRAT un procedimiento tecnológico pionero en Europa para el tratamiento de residuos citostáticos, tanto los residuos sólidos como los efluentes líquidos que se originan en el hospital de día oncológico. El Clúster onTech Innovation ha sido el encargado de coordinar esta iniciativa financiada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, dentro de la última convocatoria de ayudas para Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEIs).
Desde la Universidad de Sevilla se ha puesto en marcha un proyecto de transferencia dirigido por el profesor Esteban Alonso Álvarez. El proyecto tiene como objetivo la validación industrial de la eficacia de un sistema automatizado y sensorizado para el tratamiento físico-químico de los residuos infecciosos, farmacéuticos, y citostáticos (sólidos y líquidos) hospitalarios y de la industria farmacéutica.
Con esta innovación se pretende implantar un nuevo modelo de gestión de las aguas residuales hospitalarias procedentes de los hospitales de día oncológicos, donde se producen efluentes contaminados con fármacos citostáticos, así como el tratamiento y eliminación de los residuos citostáticos sólidos.
Tecnología
La tecnología empleada en la planta – ubicada en Socuéllamos (Ciudad Real) – cuenta con un sistema de sensores que permite conocer en tiempo real y de forma remota el estado del proceso de tratamiento, asegurando que se cumplen las condiciones de oxidación requeridas, y garantizando la calidad y seguridad del proceso. En esta planta se realizará también la validación a escala industrial.
El objetivo del proyecto BioSani-TRAT es diseñar, desarrollar y validar la eficacia de un nuevo Modelo de Gestión y Tratamiento de residuos citostáticos sólidos y líquidos, mediante un proceso de Oxidación Avanzada, para eliminarlos completamente, de una forma segura y respetuosa con el medio ambiente. Además, esta tecnología ha demostrado también ser eficaz frente a las bacterias resistentes a antibióticos, suponiendo un paso importante para el control de la diseminación de estas cepas en el medio ambiente.
El proyecto BioSani-TRAT tiene también un objetivo científico relacionado con la vigilancia de patógenos de interés en este tipo de residuos, por lo que están elaborando un protocolo de muestreo y análisis de cierto tipo de microorganismos de interés sanitario, así como de las resistencias a antibióticos, en colaboración con el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada.
Carencias en la tecnología actual para tratar residuos citostáticos
Los fármacos citostáticos están diseñados para inhibir la proliferación celular en la lucha contra el cáncer, pero a su vez, son sustancias altamente tóxicas, clasificados como mutagénicos y carcinogénicos. Existen numerosas evidencias de la presencia de estos fármacos en las aguas residuales hospitalarias, principalmente como consecuencia de las excreciones de los pacientes oncológicos en el Hospital de Día.
Investigaciones anteriores han servido para detectar concentraciones del orden de mg/L de fármacos antineoplásicos en las orinas de pacientes oncológicos, mientras que otros grupos de investigación (incluyendo el propio ANQUIMED) han detectado este tipo de fármacos en las aguas residuales municipales e incluso después de su paso por las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales, en el orden de ng/L.
La Directiva 2006/118/EC establece que debe prevenirse la entrada de cualquier sustancia mutagénica en las aguas subterráneas, y las Ordenanzas Municipales de Vertidos incorporan la prohibición expresa de su vertido a la red de alcantarillado.
Por otro lado, las aguas residuales hospitalarias son un sustrato ideal para la aparición y diseminación de Bacterias Resistentes a Antibióticos (BRA). A nivel mundial se han estimado 1,27 millones de muertes en 2019 atribuibles a BRA. Entre las medidas que se deben poner en marcha está la mejora de las condiciones higiénico-sanitarias para evitar la diseminación de las resistencias a antibióticos.
Además, los residuos citostáticos sólidos, aquellos que se producen como consecuencia de la preparación, reconstitución y administración de estos fármacos a los pacientes de quimioterapia, carecen de una tecnología adecuada de tratamiento en la mayor parte de España, y tienen que ser transportados grandes distancias, hasta Francia y/o Alemania, para su incineración, con la consecuente emisión de gases tóxicos y de efecto invernadero.