Redacción. EMASESA y la Universidad Pablo de Olavide han firmado esta mañana un protocolo general de colaboración con el fin de impulsar iniciativas sobre ciencia ciudadana y políticas urbanas, es decir, metodologías que involucren a la ciudadanía en las investigaciones científicas sobre políticas urbanas orientadas a la promoción del desarrollo urbano sostenible.
A la firma, que se ha realizado en la sede de EMASESA, han acudido Juan Antonio Barrionuevo, teniente de alcalde delegado del Área de Juventud, Ciencia y Universidades y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Sevilla; Francisco Oliva, rector de la Universidad Pablo de Olavide; Clemente Navarro, catedrático de Sociología de la Universidad Pablo de Olavide y director del Centro de Sociología y Políticas Locales – The Urban Governance Lab y el consejero delegado de EMASESA, Jaime Palop. El acto también ha contado con el respaldo de la ciudadanía, representada a través del presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Sevilla, José Feria, y varias comunidades de propietarios de Sevilla y su área metropolitana.
El objetivo de la colaboración entre EMASESA y el Centro de Sociología y Políticas Locales – The Urban Governance Lab de la Universidad Pablo de Olavide, y su Cátedra Jean Monnet de Políticas Urbanas de la Unión Europea, es diseñar acciones que redunden en un cambio en las actitudes, hábitos y prácticas de consumo de agua por parte de los hogares.
El acuerdo se basa en el impulso de iniciativas de investigación que analicen el efecto de medidas para mejorar la sostenibilidad de la gestión y el consumo de agua en el marco de las pautas de desarrollo urbano sostenible comunes a la Unión Europea y otras regiones. De este modo, partiendo de los motivos que sustentan el diseño de las políticas urbanas, se pretende involucrar activamente a la ciudadanía en procesos de investigación sobre los mismos, pues su participación proporciona el valor añadido de su ‘conocimiento de uso’. Esto puede redundar en el planteamiento de medidas más acordes con las preferencias, necesidades y estilos de vida de la ciudadanía y que, por tanto, puedan contribuir a la mejora de la sostenibilidad en la gestión y el consumo del agua como un elemento central del desarrollo sostenible de ciudades y áreas metropolitanas.