14 octubre 2024
Hospital Sagrado Corazón

Cómo evitar infecciones relacionadas con las lentes de contacto

Aunque las lentillas resultan muy útiles para no tener que estar dependiendo todo el día de las gafas, si no las utilizas de forma adecuada puedes provocarte una infección visual que, aparte de perniciosa, puede ser muy molesta. La más frecuente es la queratitis, que se produce cuando la córnea se infecta por el contacto con suciedad, microbios y otros elementos que puedan perjudicarla.

No obstante, el uso de lentes de contacto es seguro siempre y cuando se tomen algunas precauciones necesarias durante el proceso de manipulación de las mismas. Para que tengas toda la información que necesitas al respecto te contamos nuestros consejos para cuidar mejor de tus lentes de contacto y proteger tus ojos.

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La limpieza es fundamental

Es clave que limpies tus lentes de contacto cada vez que vayas a manipularlas. Esta limpieza debe ser exhaustiva y aunque en los prospectos que acompañan al producto se suele decir que no se debe frotar, si es conveniente realizar una limpieza algo más intensiva que limitarnos a sumergirlas en la solución correspondiente.

También es importante que durante ese proceso de limpieza enjuaguemos bien las lentes con la solución correspondiente. Esta siempre debe ser de buena calidad y haber sido conservada adecuadamente, especialmente en lo que a temperatura se refiere. Si esta solución queda expuesta a la luz solar o al calor excesivo perderá sus propiedades y puede ser una fuente de problemas si se utiliza.

Respeta los tiempos de uso

La gran mayoría de las lentes de contacto que actualmente encontramos en el mercado tienen una caducidad. Algunas son para uso diario, mientras que otras pueden acompañarnos durante un mes. Es crucial que reemplacemos las lentillas conforme nos indiquen las instrucciones del producto específico que estemos utilizando. La importancia reside en el hecho de que una vez pasado el periodo para el que las lentillas han sido diseñadas, estas pierden propiedades y pueden causar infecciones y otros problemas en nuestros ojos.

Por cierto, aunque estamos hablando de las lentillas, también es necesario hacer lo mismo con los estuches que empleamos para guardarlas cuando no las usamos. Estos también deben reemplazarse tres o cuatro veces al año, dado que con el paso del tiempo tienden a acumular suciedad y a perder calidad en los cierres y la superficie.

Descansa de vez en cuando

Aunque las lentillas modernas han sido diseñadas para llevarlas de forma continua, lo cierto es que tomarnos un descanso de vez en cuando nunca es una mala idea, a fin de dejar que nuestros ojos se regeneren. Esto afecta a nuestro propio descanso nocturno y es imprescindible que nunca nos dejemos puestas las lentillas mientras dormimos. Básicamente, porque no nos van a servir de nada y también porque si lo hacemos esto puede ser causa de problemas importantes.

Por otro lado, es conveniente que en las ocasiones en las cuales no tengamos necesidad de utilizar la mejora visual que nos ofrecen las lentillas simplemente no las usemos, o bien optemos por utilizar gafas convencionales. Algo que también dará nuestros ojos un descanso adicional durante el uso del producto.

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