Redacción. La exposición “¡Ojo! Pintura fresca”, que ya ha llegado al Espacio EXZéntrico de Sevilla (C/ Virgen de la Victoria, 12), propone una mirada a la pintura abstracta basada en la fuerza del color y el vitalismo, a través de la obra de dos artistas hermanadas por una sensibilidad compartida: Alexandra Chauchix (Martinica, Francia, 1972) y Teresa Peña (Sevilla, 1966).
Ambas artistas, que han participado en numerosas exposiciones, tanto individuales como colectivas, y tanto nacionales como internacionales, presentan por primera vez en Sevilla una muestra conjunta, basada en una selección de acrílicos sobre lienzo o tabla con diversos formatos, en los que plasman su concepto creativo abstracto, con influencias del fauvismo y el expresionismo, y donde el protagonismo lo tiene el color y la frescura asociada a la fuerza cromática. De ahí el nombre de la exposición, que pretende ser una llamada de atención sobre la capacidad de la pintura abstracta para transmitir emociones asociadas a la alegría.
La colaboración de ambas artistas se produce gracias a la mediación de Inma Puchal, directora de Espacio EXZéntrico, quien contactó con Alexandra interesada por su obra. Ambas artistas, Alexandra Chauchix y Teresa Peña, habían coincidido juntas en una exposición colectiva en el espacio Antiquarium, donde se conocieron y descubrieron lo mucho que tenían en común sus obras. De ahí vino la idea de llevar a cabo una exposición conjunta, en la que todo el protagonismo fuera para el color que desprenden sus obras.
Porque el color, desde una visión abstracta, es el eje conductor de la exposición. Un color que siempre se asocia a la vida y la libertad. El color tiene de hecho más importancia en sus obras que el dibujo, un color que encuentra distintas formas de manifestarse en una y otra artista: mientras que en Teresa Peña se manifiesta de forma más explosiva y aparentemente caótica, en Alexandra Chauchix tiene una plasmación más ordenada.
La intuición a la hora de pintar es un aspecto que también hermana sus obras. Teresa Peña se considera “fauvista por espontaneidad”, dando prioridad a la pasión y a la fuerza expresiva del desorden. En Alexandra Chauchix, la necesidad de transmitir alegría, fuerza y abundancia marca la pauta, con una forma de crear que mezcla intuición y control.
Para ambas, la abstracción es una de las formas más creativas de pintar. Les permite trasladar formas de expresión singulares, que también contribuyen a un cuestionamiento de lo establecido.
Las dos artistas son autodidactas, y viven un proceso de aprendizaje constante. Alejandra Chauchix reconoce, muy especialmente, la influencia de la norteamericana Georgia O’Keeffe, conocida como la madre del modernismo estadounidense, y de quien Chauchix destaca sobre todo su apuesta por la libertad y su capacidad para desarrollar su obra al margen de cualquier escuela. Henry Matisse es, por su parte, uno de los referentes para Teresa Peña, algo que queda de manifiesto en la influencia fauvista de su obra.
Alexandra Chauchix y Teresa Peña, dos creadoras unidas por la alegría del color
Alexandra Chauchix proviene de una familia cosmopolita. Nacida en 1970 en Martinica, isla francesa del Caribe, ha vivido la mayor parte de su vida en París. Tras dos años de estancia en Arabia Saudí, llegó a Sevilla en 2007, donde se quedó definitivamente y donde tiene su taller. Aunque su formación es eminentemente autodidacta, ha recibido la enseñanza de maestros como Olivier Hartemann, Keiko Kawabe o Flora Bowley, entre otros.
Utiliza la pintura acrílica en lienzos de gran formato, con colores vibrantes y texturas en capas que cuentan historias y sensaciones. Está abierta al cambio y disfruta pintando sin saber adónde le lleva el proceso, que es intuitivo y emocional, y confía en que el resultado final represente el mensaje que quiere transmitir al mundo.
Su lenguaje artístico es el abstracto, que es lo que le aporta mayor sentido de libertad. Desde la pandemia global de 2020, su estilo ha evolucionado hacia una estilo más armónico y gráfico con formas y líneas muy claras.
Ha participado en más de una decena de exposiciones tanto individuales como colectivas, tanto en España como en distintos lugares de Francia.
Teresa Peña pinta desde pequeña, y se considera totalmente autodidacta. Desde una primera etapa figurativa fue evolucionando hacia la abstracción total, hasta llegar a la creación de grandes formatos en los que el color es el protagonista absoluto, con un estilo muy particular en la mezcolanza cromática. Estudió en Bruselas y vivió en Holanda, Francia y Tánger.
Aunque desde 2019 se interesa por el hiperrealismo aplicado al retrato, de la mano de Jaime Valero, el grueso de su obra es de carácter abstracto, donde ha contado con maestros como el propio Jaime Valero o Kike Mean. En este terreno, muchos han reconocido en su obra los ecos del fauvismo y del expresionismo abstracto.
Ha realizado múltiples exposiciones nacionales e internacionales, ventas a instituciones y particulares y en salas de subastas.