Redacción. El Ayuntamiento de Sevilla ha convocado para el próximo 8 de febrero la entrega de los Premios Universitarios a los Mejores Expedientes Académicos de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Pablo de Olavide. Más de un centenar de expedientes (108 en concreto) de diferentes grados, distinguidos en el acto institucional que se desarrollará en el Espacio Joaquín Turina.
Esta ceremonia quedó suspendida con motivo de la pandemia y ahora se retoma para las promociones 2019-20, 2020-21 y 2021-22. En cada una de ellas se reconocerán a los mejores 36 expedientes académicos por cada curso, 29 de grados impartidos en centros propios y adscritos de la Universidad de Sevilla y siete en la Universidad Pablo de Olavide.
El objetivo es «reconocer y recompensar el esfuerzo de estos alumnos, que son una muestra de la excelencia educativa de las universidades y el resultado de la apuesta por la educación pública de calidad». «Sevilla es una ciudad de las ciencias, como revela el creciente peso de la investigación en el tejido empresarial. Confiamos en que estos premios resulten un incentivo más en el salto desde la educación universitaria a los proyectos empresariales que marcarán el futuro», ha dicho el delegado del ramo, Juan Antonio Barrionuevo, y recogido el Ayuntamiento.
Estas nominaciones se suman, además, a los actos similares que el Consistorio programa para apoyar la actividad educativa en otros niveles, como es el caso de la Formación Profesional o el Bachillerato y los premios a la Cultura Científica, entre otras propuestas.
Barrionuevo ha recordado que Sevilla ha sido reconocida recientemente como ‘Ciudad de la Ciencia y la Innovación’ por el Gobierno de España por su «compromiso y apuesta decidida» por la innovación y su impulso a estructuras, instituciones y empresas locales con un componente científico, tecnológico e innovador.
En la actualidad, Sevilla es la tercera ciudad del país por número de centros de investigación científica de carácter local, autonómico, nacional e internacional que suponen más de 125 millones de euros dedicados a la investigación en la ciudad desde instituciones públicas, a lo que habría que sumar la colaboración con el sector privado en aeronáutica, energías renovables y similares.
En este impulso resulta «fundamental» el efecto tractor de las universidades a efectos de presupuestos y equipos de investigación junto a otras entidades e instituciones que consolidan el papel de la ciudad como referencia nacional en este ámbito.