Redacción. “Las enterobacterias resistentes a carbapenemas (ERC) suponen un gran problema de salud pública, debido a que se asocian con alta mortalidad, a que existen muy pocas alternativas para su tratamiento y a que su frecuencia está aumentando de forma muy rápida en todo el mundo” declara el doctor Jesus Rodríguez Baño, responsable de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen Macarena e investigador del Centro de Investigación Biomédica en red de enfermedades Infecciosas (CIBERINFEC), y responsable del grupo de investigación clínica de enfermedades infecciosas del IBIS.
Es un hecho que las ERC se encuentra entre los microorganismos priorizados en primer lugar por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para la investigación en resistencias microbianas. En este sentido, se acaba de publicar un trabajo en la revista eClinicalMedicine (revista de alto impacto del área de Medicina, perteneciente al grupo Lancet), donde se investigan los factores de riesgo para las principales infecciones causadas por ERC.
Se trata de un trabajo coordinado desde el Grupo investigador del Hospital Universitario Virgen Macarena, la Universidad de Sevilla y el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), donde han participado 50 hospitales europeos de 10 países con alta incidencia de estos patógenos, financiado por la Innovative Medicines Initiative de la Unión Europea y EFPIA en el contexto del consorcio COMBACTE-CARE.
Los factores de riesgo se han investigado comparando la exposición a distintas variables en pacientes con infección por ERC, pacientes con infección por enterobacterias sensibles, y pacientes sin infección, mediante técnicas epidemiológicas y estadísticas avanzadas.
Los factores de riesgo para la infección por CRE encontrados fueron la colonización previa por estos microorganismos, la presencia de sonda urinaria, la exposición a distintos antibióticos de amplio espectro (tanto su uso como los días de uso), la insuficiencia renal crónica y el proceder de otro hospital o residencia de crónicos.
“Estos resultados pueden ayudar, por una parte, explica el coordinador del estudio, doctor Jesus Rodríguez Baño, a identificar pacientes de alto riesgo en los que ensayar intervenciones preventivas y tratamientos específicos de forma precoz, así como a mejorar el diseño de los ensayos clínicos con nuevos fármacos, de manera que permitan la inclusión de pacientes en los que estos nuevos fármacos puedan tener mayor interés”.