Redacción. La Universidad Pablo de Olavide (UPO) ha licitado el concurso de arquitectura con el que rehabilitar la antigua térmica del campus antes del 31 de diciembre de 2025 y convertirla en un espacio coworking para profesores asociados, sala de estudio para alumnos, un office-comedor, despachos, talleres y aulas, además de los usos que quieran «proponer» los estudios que presenten propuestas de intervención en este inmueble inscrito en el Catálogo de Patrimonio Histórico Andaluz. Una vez finalicen las obras de rehabilitación integral, «se trasladará el servicio de los edificios 11A y 11B» del campus, donde hay aulas, despachos, salas de juntas, departamentos y seminarios.
Así reza en el pliego de prescripciones técnicas publicado en la plataforma de contratación. Como la actuación en la antigua térmica está financiada con fondos europeos –cerca de tres millones de euros–, además de estar finalizada la obra antes del 31 de diciembre de 2025, el proyecto debe incluir «intervenciones que supongan, al menos, una reducción del 30% del consumo de energía primaria no renovable», así como un plan de gestión de residuos que suponga la reutilización y reciclado de, «al menos, un 70% de los que puedan generarse en el desarrollo de dichas actuaciones».
Se otorgará un primer premio dotado con 5.000 euros, un segundo de 2.500 euros y dos accésits de 1.000 euros. Al ganador del primer premio, se le contratará la redacción del Proyecto Básico y de Ejecución, el Estudio de Seguridad y Salud, la Dirección de Obra, Dirección de Ejecución y Coordinación de Seguridad y Salud. El proyecto básico y de ejecución se redactará en base a la idea premiada en el concurso convocado y a las especificaciones técnicas que en él se recojan, tanto de diseño como de materiales y acabados, «pudiéndose variar siempre y cuando se admitan los cambios por parte del responsable del contrato designado por la UPO».
La central térmica representa el remate final del conjunto de edificios que componían la antigua Universidad Laboral. Su ubicación al norte de la galería respondía a la posibilidad de alimentar los puntos de consumo de los talleres y los edificios agrícolas, apoyado por la proximidad al canal del cual debía suministrarse de agua. El edificio está ejecutado con fábrica de ladrillo visto, al igual que el resto de edificios de la Universidad.
A pesar de la «importante función que desempeñó» en la Universidad Laboral, ha llegado a la actualidad en «un preocupante estado de deterioro» debido, principalmente, «a no haber recibido ningún uso y a las inundaciones que en diversos periodos le han afectado por las crecidas del canal». Además, el cambio de uso actual de la galería de instalaciones ha desvinculado este edificio del resto de las instalaciones.