Redacción. El proyecto piloto proMETEO Sevilla nombra a la ola de calor que llega esta semana como Wenceslao Sevilla, al alcanzar el nivel más alto de peligrosidad en la escala de su sistema.
La predicción actual señala cinco días continuados de temperaturas diurnas y nocturnas superiores a los umbrales de riesgo. Los técnicos del proyecto que lidera el Centro de Resiliencia Adrienne Arsht Rockefeller Foundation, en colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla y la Universidad de Sevilla, monitorizan a diario el tiempo en Sevilla y alertan de la peligrosidad del fenómeno que se avecina, así como insisten en la conveniencia de extremar las medidas de protección.
El sistema piloto en el que se basa proMETEO Sevilla recoge la observación meteorológica del Aeropuerto hispalense (proporcionada por Aemet) y las predicciones de OpenWeather para los próximos días. Estos datos se analizan junto con las condiciones climáticas específicas de Sevilla a lo largo de su historia y con los datos de salud y mortalidad. De este modo, el equipo de expertos ha desarrollado un algoritmo que establece categorías basadas en el impacto de este fenómeno: riesgo muy elevado, riesgo elevado, impacto medio, impacto bajo y sin impacto. Cada nivel de riesgo se corresponde con un sistema visual de información y con una serie de recomendaciones, si bien sólo el nivel más alto implica nombrar específicamente a la ola de calor, como ya se ha hecho con otros fenómenos meteorológicos extremos.
Wenceslao Sevilla, sucede este año a Yago y Xenia, la segunda y tercera ola de calor nombradas en el mundo también en Sevilla, que alcanzaron el nivel de riesgo muy elevado entre los días 25 y 27 del pasado mes de junio y el 10 y el 14 de julio, respectivamente.
Es esencial extremar las precauciones y tomar medidas preventivas en los próximos días
La exposición al calor extremo puede provocar deshidratación, mareos, agotamiento, insolación, pérdida de conciencia y otras emergencias médicas. Para afrontar esta situación, desde proMETEO Sevilla se aconseja tomar medidas preventivas y cuidar a aquellas personas del entorno familiar o personal que pueden ser más vulnerables (adultos mayores de 65 años, mujeres embarazadas, niños y especialmente bebés, personas con afecciones médicas preexistentes o enfermedades crónicas, personas dependientes o en riesgo de exclusión).
Por otro lado, al ser esta una ola de calor de riesgo muy elevado, toda la población debe tomar medidas preventivas ya que nadie es ajeno al calor extremo, incluso las personas jóvenes y mejor preparadas físicamente pueden verse afectadas por las altas temperaturas, a pesar de no considerar que pueden ser vulnerables. De este modo, se proponen una serie de consejos básicos para afrontar una ola de calor:
- Reducir los niveles normales de actividad física durante una ola de calor y ser conscientes de los riesgos que supone combinar el deporte con un golpe de calor.
- Las personas vulnerables deben permanecer en entornos frescos durante un episodio de calor extremo.
- Evitar salir durante los tramos horarios centrales. Adelantar la rutina diaria a las primeras horas del día.
- Evitar las zonas en las que el sol incide directamente y buscar calles con árboles y sombra.
- Aumentar la ingesta de líquidos, beber con frecuencia y sin esperar a sentir sed, para reducir los riesgos de sufrir impactos por el calor.
- Utilizar prendas de colores claros y fabricadas con materiales como algodón fino o lino para evitar que el calor se concentre en la ropa.
- Evitar las comidas copiosas y optar por una dieta variada en la que los alimentos frescos, ligeros y con un alto contenido en agua, vitaminas e hidratos, ocupen un peso especial.
- Disminuir la ingesta de bebidas con un alto contenido en azúcar, cafeína y alcohol, ya que tienden a deshidratar y a generar un desgaste energético.
- Cerrar las persianas durante el día y tratar de ventilar las habitaciones durante la noche.
- Usar protección solar, llevar líquidos para hidratarse y proteger la vista con gafas de sol adecuadas.