Redacción. Un equipo de especialistas del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha renovado la certificación de unidad de referencia de tratamiento de la enfermedad metastásica peritoneal (carcinomatosis) y tratamiento con quimioterapia hipertérmica intraperitoneal (Unidad Coper). Esta técnica va dirigida a los tumores que se localizan exclusivamente en la cavidad abdominal.
La intervención que practican es una citorreducción en dos pasos. El primero consiste en extraer el tumor y el tejido afectado de la cavidad abdominal mediante cirugía. El segundo, aplicar una sesión de quimioterapia hipertérmica intraperitoneal (Hipec) que se realiza en el mismo acto en quirófano para eliminar las células tumorales que hayan podido quedar.
Dicho de otro modo, consiste en administrar tras la cirugía una solución de quimioterapia dentro de la cavidad abdominal, que se recircula de forma continuada por un calentador, que la mantiene a una temperatura de 42-43 °C. La elección del tipo de fármaco y de la duración del tratamiento es variable y depende de la situación de cada paciente.
A diferencia de la quimioterapia tradicional, el tratamiento con Hipec consigue que la terapia actúe directamente sobre las células tumorales del abdomen. Otra de las ventajas es que el calor que se aplica al microambiente tumoral potencia el efecto antitumoral de algunos fármacos.
Este servicio inició en 2014 su actividad en el hospital sevillano. La Dirección General de Asistencia Sanitaria y Resultados en Salud designa las unidades que son de referencia dentro del Servicio Andaluz de Salud.
En la actualidad, el equipo profesional está dirigido por el cirujano del Hospital Virgen del Rocío, Daniel Díaz Gómez, responsable de la Unidad de Cirugía Oncológica Peritoneal y Retroperitoneal, junto a un equipo de profesionales entre los que se encuentra el jefe de sección de la unidad de Ginecología Oncológica del hospital, José María Silván Alfaro, y la especialista en Tumores Genitourinarios y Ginecológicos, Purificación Estévez.
Dada la complejidad de la técnica, en el equipo también forman parte especialistas en Radiología, Oncología Radioterápica, Anatomía Patológica o Medicina Nuclear. Todos juntos participan en la discusión y toma de decisiones sobre los pacientes.
Los más frecuentes: cáncer de ovarios y del aparato digestivo
Los tipos de carcinomatosis peritoneal más frecuentes son los que se originan con un cáncer de ovario y del aparato digestivo (colorrectal o gástrico). Ambos tienen en común la forma de extenderse por la cavidad abdominal y que parte de su tratamiento es similar.
Los profesionales inciden en que el cáncer de ovarios es el tumor más agresivo del aparato genital femenino. Sobre todo, por su característica de evolucionar sin ocasionar apenas síntomas hasta que se suele encontrar en fases tardías de la enfermedad, en las que puede diseminarse en forma de siembra por toda la cavidad abdominal o por las linfas a través de los ganglios.
De hecho, entre un 75-80% de las pacientes son diagnosticadas en estadios avanzados. El Hospital Universitario Virgen del Rocío dispone de un Comité Multidisciplinar de Tumores Ginecológicos que incluye a todos los especialistas con formación específica implicados en el manejo de esta enfermedad.
Como criterio general, los pacientes deben ser seleccionados para este procedimiento menores de 70-75 años, con un buen estado general y una enfermedad a priori resecable en los estudios de imagen preoperatorios. El manejo terapéutico de estos pacientes debe ser consensuado en un Comité Multidisciplinar (oncólogo quirúrgico, oncólogo médico, farmacólogos, intensivistas y anestesistas), especialmente establecido para la valoración de la enfermedad maligna con afectación peritoneal.
En total, el equipo que conforma la unidad específica, Coper, para abordajes quirúrgicos muy complejos de tumores avanzados que se diseminan en el peritoneo o membrana que cubre la parte interior del abdomen, atiende cada año una media de 70 ó 75 casos. Para operar es necesario que no haya metástasis.
En esta situación, la cirugía de máximo esfuerzo con citorreducción completa, es decir, sin enfermedad residual visible, seguida de quimioterapia intraperitoneal hipertérmica ha demostrado mejorar la supervivencia libre de progresión y supervivencia global de las pacientes comparada con la cirugía sola.