Redacción. El reino de Sevilla fue fundado por el monarca de la dinastía abadí Abú Qasim el 2 de noviembre de 1023, tras la ruptura de la dependencia política con Córdoba en la época conocida como los reinos de Taifa. En este año 2023 se cumplen por tanto 1.000 años de su creación.
La dinastía Abadí gobernó la ciudad, primero con Abú Qasim, después con su hijo Al Mu´tádid y luego con el segundo hijo de éste, Al Mu´támid, último rey taifa sufrió prisión y después destierro por sus propios hermanos de religión. Sevilla se convirtió entonces en un crisol de culturas. El reino de Sevilla en época de Al Mu´tamid se extendía desde Murcia hasta Silves, en el Algarve.
A finales del siglo XI los almorávides terminarán por conquistar y someter a los reinos de taifa y posteriormente los almohades vuelven a unificar los distintos territorios de Al-Andalus, anexionando el Reino de Sevilla en 1091 y estableciendo su capital en esta ciudad.
La segunda gran edad de oro del Reino de Sevilla será la cristiano-castellana, desde reconquista de la ciudad por Fernando III de Castilla el 23 de noviembre de 1248 hasta el gobierno de los Reyes Católicos. En este tiempo se alcanzará su máxima extensión territorial.
La tercera gran etapa del Reino de Sevilla llega con el gobierno de los Austrias. Incluía entonces las provincias de Sevilla, Huelva, Cádiz, el norte de Málaga y el sur de Badajoz. Gibraltar perteneció a Sevilla hasta la firma del tratado de Utrech de 1714.
En 1833, tras 585 años de existencia en su etapa cristiana, un Real Decreto de 30 de noviembre promovido por el Secretario de Estado y Fomento, el liberal motrileño Javier de Burgos, suprimió el reino de Sevilla, creándose la actual Provincia de Sevilla.
El Reino de Sevilla sigue vigente hoy día. Felipe VI tiene entre sus muchos títulos históricos el de Rey de Sevilla y lo puede utilizar a tenor del artículo 56 apartado 2 de nuestra actual Constitución. La Casa Real lo ha conservado a lo largo de la historia por su importancia.