Redacción. La exposición ‘Tiempo de paisajes. Pintores de la Escuela de Alcalá de Guadaíra, 1850- 1950’ se amplía con la muestra ‘El tren de los paisajes’: documentos, planos, fotografías y libros que tienen como protagonista al conocido como ‘Tren de los panaderos’ que desde 1873 unía Alcalá con Sevilla, en una simbiosis de economía y turismo que engrandeció el posicionamiento de esta localidad y sus afamados paisajes para las bellas artes, la fotografía, el estudio científico y el ocio.
‘El tren de los paisajes’ es la recopilación de documentos históricos, planos centenarios, libros y fotografías con la que el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra muestra parte de este patrimonio local para el conocimiento y disfrute de la ciudadanía.
Para conseguir este objetivo han colaborado tres departamentos municipales: el Museo, el Archivo y los Servicios Bibliotecarios, junto a la familia del desaparecido ecologista y escritor, Antonio Gavira Albarrán, cuyas investigaciones para su libro ‘El tren de los panaderos. Una aproximación a la historia del ferrocarril de Sevilla a Alcalá y Carmona’ han servido de base y guía para la muestra.
A todos ellos agradeció su esfuerzo y colaboración el delegado de Patrimonio, Turismo y Museos, Christopher Rivas, acompañado de la responsable de medioambiente y Monumento Natural, Luisa Campos, este martes en la inauguración de la exposición, donde destacó «la importancia del tren para la identidad de la ciudad en apenas cien años en los que estuvo funcionando».
«Nos conectó con los otros municipios de la comarca Los Alcores con quienes tanto compartimos, y supuso un fuerte impulso para el desarrollo no sólo de la economía de la zona a través del transportes de mercancías, en el que el pan era el producto estrella y de ahí el sobrenombre de la ‘Alcalá de los panaderos’, sino también por el movimiento de personas. Venían atraídas por los paisajes de Alcalá y su rico patrimonio histórico y natural, algunos para el ocio y otros por motivos diferentes: eran escritores, fotógrafos, intelectuales y pintores», añadió Rivas.
«De hecho –continúa el delegado–, una de las más conocidas señas de identidad de la ciudad es el reflejo de sus paisajes desde la perspectiva de afamados artistas, la ‘Escuela Paisajística Alcalareña’, y seguramente sin el tren no hubiera sido tan fácil y prolífica esa llegada y no tendríamos tal cantidad de obras de arte sobre los paisajes de Alcalá. Ojalá el próximo tren sirva también para atraer turistas que disfruten de nuestro amplio patrimonio», ha expresado Rivas.
En diversas vitrinas de la plana baja, en las salas II, III y IV, junto a los paisajes de Emilio Sánchez Perrier, José Pinelo Llul o Nicolás Alpériz, entre otros, podemos encontrar desde planos y documentos históricos que tienen que ver con la puesta en marcha del proyecto, como cesiones de terreno y trazado, a hechos históricos, sociales y culturales ligados al tren, como su paso por el puente junto a Jesús Nazareno a principios de siglo, el descarrilamiento de 1906 o la huelga de panaderos de 1935.
A ello se une una pequeña bibliografía que tiene el tren de protagonista, desde el propio libro de Antonio Gavira, a publicaciones locales (revistas de Feria, ediciones de congresos o jornadas, etcétera), el libro de fotografías de Enrique Rodríguez Ojeda, o las descripciones divulgativas de Curro García Rivero, sin faltar la presencia del tren en la poesía en el poemario ‘Pleamor’ de José María Rubio, o en los relatos infantiles, como el libro ‘La historia de un viejo tren’ del escritor alcalareño Antonio Rodríguez Almodóvar. Son libros y publicaciones que están disponibles para el público en la biblioteca.
La interesante muestra, visitable hasta el 7 de abril, une paradójicamente el signo de modernidad del tren, con la búsqueda de la naturaleza tranquila y hermosa para inspirar las bellas artes; industria y parajes que siguen siendo una oferta de la que Alcalá se siente orgullosa.