Redacción. La Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser un concepto futurista para transformarse en una realidad palpable que revoluciona, a pasos agigantados, nuestros hábitos de conducta y calidad de vida.
El impacto de esta herramienta en las tareas cotidianas es cada vez más evidente. Así, entre otros usos, la IA permite incrementar la productividad, automatizar procesos, agilizar la toma de decisiones o fomentar la creatividad. Por ello, a estas alturas, sería complicado imaginar nuestro día a día sin emplear asistentes virtuales como Siri o Alexa, o desconocer la utilidad del reconocimiento facial para desbloquear nuestros dispositivos móviles.
Sin embargo, al mismo tiempo, la irrupción de esta tecnología también presenta un conjunto de riesgos para todos los miembros de la sociedad. «Los ciberdelincuentes están empleando esta innovadora herramienta para sofisticar su maliciosa actividad. Ahora, a través de la utilización perversa de esta tecnología, los ataques de los hackers son más sofisticados y difíciles de detectar», confiesa Fran Peláez, socio fundador de Penaltech y abogado experto en delitos informáticos.
En la actualidad, los ciberdelincuentes están empleando la IA para automatizar tareas, como la búsqueda de vulnerabilidades en los sistemas informáticos o la creación fraudulenta de emails personalizados. «En algún momento de nuestra vida, todos hemos recibido o vamos a recibir algún correo electrónico o SMS por parte de un ciberdelincuente simulando ser una entidad de confianza e incitándonos a compartir contraseñas, números de tarjeta de crédito u otra información confidencial», explica el abogado.
Ante este nuevo escenario, «resulta imprescindible invertir en tecnologías de ciberseguridad, capacitar a los empleados de nuestras empresas y a la ciudadanía en general para que sepan identificar y reportar actividades sospechosas, así como desarrollar un plan de respuestas a los incidentes que incluyan medidas para frenar y mitigar el impacto de un ciberataque con IA», aconseja Fran Peláez.
Inteligencia artificial, ciberseguridad y ciberdelincuencia
Como no podemos controlar el mal uso que terceros puedan dar a esta herramienta, resulta crucial apostar por el estudio y la formación en ciberseguridad. Así, la 22ª edición de los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona (Sevilla) aparece como una oportunidad inmejorable para que juristas, docentes, miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y representantes de entidades públicas y privadas relacionadas con la ciberseguridad puedan actualizar su conocimiento y blindarse ante estas nuevas amenazas.
El curso «Inteligencia artificial, ciberseguridad y ciberdelincuencia» ofrecerá una visión multidisciplinar sobre cómo la IA impacta en la seguridad y el Derecho. A través de cuatro ponencias y una mesa redonda distribuidas en dos jornadas (27 y 28 de junio), se analizarán casos reales, se explorarán tecnologías emergentes y se desarrollarán habilidades prácticas para enfrentar la ciberdelincuencia.
«No existe una pócima mágica para protegerse contra los ciberataques con IA», reconocen David Polo y Victoriano Gallego, codirector y ponentes, respectivamente, del citado curso y profesores universitarios del Centro Universitario San Isidoro. Eso sí, «la ampliación de conocimientos, la especialización y el debate entre expertos de cada área son ingredientes que nos ayudarán a sentirnos más confiados y equipados para navegar en el mundo digital de manera más segura y a beneficiarnos de las ventajas que la IA nos ofrece para afrontar nuestra realidad personal y profesional», concluyen los docentes.