Redacción. Un informe de un equipo científico de la Universidad de Sevilla ha detectado tras cuatro años de estudio que las chicas en secundaria tienen un estrés escolar más elevado que los chicos. El informe, resultado del proyecto ‘EASE: El Estrés Escolar en el Alumnado de Secundaria en España’, ha recabado datos de cerca de 5 000 escolares procedentes de 54 centros educativos públicos y privados de Andalucía.
El trabajo de algunas de las investigadoras en un proyecto colaborador de la Organización Mundial de la Salud, que situaban a España en el top 5 en presión escolar entre más de 40 países motivó a este equipo a llevar a cabo esta investigación. De ella se desprenden claras diferencias de género en cuanto al estrés escolar y muestra que este afecta más a las chicas en todos los indicadores evaluados. Por ejemplo, el 41% de las chicas manifestaron padecer presión escolar, frente al 23,8% de los chicos, 17 puntos más.
“Nos preocupan los resultados de las chicas, porque sabemos que el estrés tiene que ver con el bienestar y la salud mental y habría que hacer algo al respecto”, asegura la investigadora principal del proyecto Irene García-Moya, profesora en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla.
Las situaciones que generan este estrés son muy variadas, explica García-Moya. Entre las principales causas se encuentran tener que estudiar cosas que no entienden, demasiados deberes, la presión para alcanzar las metas, la falta de ocio o la preocupación sobre su futuro.
Ante los resultados de la investigación y observando el papel fundamental que juegan tanto la familia como el profesorado, el equipo ha elaborado recomendaciones dirigidas a los centros y a progenitores con el objetivo de paliar las elevadas tasas de estrés que presenta el alumnado en secundaria.
Recomendaciones para la familia
Para el equipo investigador, las familias pueden contribuir a reducir los niveles de estrés de distintas maneras. Entre ellas, refieren, es importante establecer relaciones basadas en el afecto y la comunicación, evitar las comparaciones entre hermanos e implicarse en la vida de los hijos e hijas, pero sin sobreprotegerlos.
También serviría mantener unas expectativas académicas realistas y ajustadas al progreso de la persona, reforzar los logros -no solo atender las dificultades-, ayudarles a organizar bien su tiempo y no olvidar la importancia del ocio.
Recomendaciones para el profesorado
Los centros también cuentan con algunas aportaciones, como son el apoyo a sus estudiantes, evitar las comparaciones con hermanos del mismo centro u otros compañeros, el fomento de su autoeficacia, la promoción de buenas relaciones entre estudiantes y enviar mensajes tranquilizadores.
El informe plantea entre las medidas evitar los estilos autoritarios, reforzar lo positivo y ajustar las demandas y tareas al tiempo real del que dispone el alumnado, como ejemplos de planteamientos que pueden ayudar a los estudiantes a rebajar sus niveles de estrés escolar.
El proyecto, en el que han participado nueve investigadoras, ha estado financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Agencia Estatal de Investigación, se encuentra en la fase de devolver a los centros, a entidades clave y a las familias las conclusiones, aunque ya piensan en continuar su estudio para abordar las cuestiones de género que han detectado y adoptar un enfoque más global para la promoción del bienestar en los centros educativos.