SBN. El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha presidido este miércoles la presentación de los actos, cultos y cartel del 375 aniversario del milagro del Santo Crucifijo de San Agustín en el fin de la epidemia de peste de 1649, que vinculó desde entonces a esta imagen con el Ayuntamiento de Sevilla.
La Hermandad de San Roque ha dado en el Salón Colón de la Casa Consistorial el pistoletazo de salida de este completo calendario de actividades que darán forma a un año muy especial para la corporación del Domingo de Ramos y para la piedad popular de la ciudad. Este aniversario estará plasmado con un cartel realizado por el pintor Jesús Zurita, que ha colocado como eje central al Santo Crucifijo de San Agustín enmarcado por el pendón de Sevilla.
En este sentido, el alcalde ha agradecido «a la Hermandad de San Roque, que hoy rinde culto al Santo Crucifijo de San Agustín, el amplio programa de actos y cultos presentados en el día de hoy para conmemorar este 375 aniversario». Del mismo modo, ha felicitado a Jesús Zurita, autor de este gran cartel que se ha presentado, «por su obra de arte que sirve para anunciar una efeméride muy especial para la Hermandad, para el Ayuntamiento y para toda la ciudad de Sevilla».
«Pero sobre todo, al igual que la Hermandad ha planteado con la celebración de este aniversario, ha servido para poner en valor este trocito de la historia de Sevilla y que sea conocido y recordado por los sevillanos. Sin duda, las ciudades, y más una como Sevilla, son lo que son gracias a su patrimonio, a su historia y sus gentes. Así, la celebración de estos hechos históricos en la memoria colectiva de los sevillanos es muy importante porque nos permite conocer de dónde venimos y qué fuimos en nuestro pasado. Sevilla es una ciudad de posibilidades infinitas cuyo enorme potencial estamos obligados a maximizar entre todos», ha señalado Sanz.
Por ello, el alcalde ha reiterado que «desde el Ayuntamiento de Sevilla seguiremos colaborando y estrechando lazos con la Hermandad de San Roque, y con el resto de Hermandades, puesto que su labor, tanto en años extraordinarios como este como en cualquier otro año, es fundamental para entender la idiosincrasia de nuestra ciudad. Como Alcalde de Sevilla quiero transmitiros mi felicitación y la de todos los sevillanos, así como nuestros mejores deseos para este aniversario que estamos comenzando y en el que tendremos la oportunidad de encontrarnos muchas veces más. Enhorabuena de nuevo al autor del cartel, a la Hermandad por todos estos actos, y en breve, el próximo 2 de julio, nos volveremos a encontrar en la función votiva en la Parroquia de San Roque».
Del mismo modo, el hermano mayor de San Roque, Rafael Durán, ha solicitado al Ayuntamiento «que abandere y que tome simbólicamente el pendón de esta conmemoración y haga suyo lo que siempre ha sido suyo: el Sagrado Protector de la ciudad de Sevilla, el Santo Crucifijo. Señor Alcalde, aquí tiene a toda nuestra Corporación, amante devota de su Titular, ofreciéndole sin tapujos, su Sagrada Imagen, para que a modo de resorte e impulso hagamos entre todos regresar el Santo Crucifijo de San Agustín al lugar devocional que ocupó para nuestros antepasados. Y no dude que, en esta conmemoración, lo pondremos todo, absolutamente todo, para recuperar esa visión referencial que alcanzó siglos atrás y, en esa excelsa tarea, sabemos que tenemos en nuestro Ayuntamiento, nuestro principal colaborador. Y que todos los presentes sean conscientes de que con ello honraremos a los que nos precedieron en la nómina y daremos gloria a Dios. Cierto es que los tiempos y la situación es compleja y los cambios son acelerados, pero tal como dijo San Agustín de Hipona, citándolo de nuevo:» dicen que los tiempos son difíciles. Vivamos bien y los tiempos se volverán buenos. ¡Nosotros somos los tiempos!¡Los tiempos son lo que somos nosotros!»
EL CARTEL
Jesús Zurita ha sido el autor del cartel conmemorativo del milagro del Santo Crucifijo de San Agustín en la epidemia de 1649. En la obra aparece el Cristo sobre un fondo carmesí en el que se despliega el pendón de la ciudad, circundado con las armas de Castilla y presidido por el rey San Fernando. «Está doblado y roto, herido como la ciudad demediada, pero no quebrada», señala el autor.
En el mismo pendón se insertan diferentes elementos simbólicos, como los ángeles que, por la intercesión milagrosa del Cristo de San Agustín, detienen las flechas epidémicas que caen del cielo, la victoria efímera de la muerte se figura en un esqueleto que se cubre tras el trono de San Fernando o una vista de la época de la propia ciudad desde donde se alzan las pavesas de las hogueras en las que se quemaban los objetos contaminados de peste, estas pavesas se unen al fuego del laurel, la hierbabuena, el romero y otras plantas aromáticas que se quemaban para purificar el aire y que aquí se anudan al árbol de la cruz, una cruz verde y viva que es el verdadero estandarte de la ciudad.
El rótulo del cartel, un texto con muchas letras muy juntas todas, es como una lápida de muerte sobre la que se alza la victoria de Cristo que no sucumbió ni a las epidemias del XVI y del XVII ni a las sinrazones del XX, por eso el fuego no extinguió la devoción de Sevilla por el Crucificado de San Agustín, porque la madera de su figura provendría del árbol de la vida, por eso siempre estará viva en una ciudad a la que si hubiera que describirla con sólo dos palabras o adornarla sólo con dos títulos, teniendo siempre presente sus tiempos y su historia, habría que hacerlo como la ciudad de la Gracia y la Esperanza.
El próximo mes de julio, en concreto el día 2, la Corporación Municipal asistirá un año más a la Parroquia de San Roque. «Pero en este año 2024 lo haremos con un motivo de honda alegría y es precisamente la celebración de este 375 aniversario», ha señalado Sanz.
El 2 de julio de 1649, cuando la ciudad se veía asolada por una gran epidemia de peste que durante más de cuatro meses arrasó con más de la mitad de los sevillanos de entonces, el Ayuntamiento solicitó como último recurso hacer una rogativa al Santo Cristo de San Agustín. Ese día de la procesión, 2 de julio de 1649, cesó el contagio de manera muy notoria, declarándose finalizada la epidemia a partir de entonces. Desde el año siguiente, 1650, la Corporación Municipal instauró asistir perpetuamente cada 2 de julio a las plantas del Santo Crucifijo para dar gracias por el restablecimiento de la salud en la ciudad.
Por ello, el alcalde ha recordado, «aprovechando que estamos en este Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla, me gustaría tener un recuero muy especial para don Mauricio Domínguez Domínguez-Adame, el recordado jefe de Protocolo de esta casa que propició la recuperación, en 1991, de la función votiva del 2 de julio con la asistencia de la Corporación Municipal. Sin duda, esta recuperación hace ahora 33 años, ha servido para reforzar los lazos entre el Ayuntamiento y la Hermandad de San Roque, así como con el Cristo de San Agustín».