Redacción. El servicio de Salud Mental del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla ha sido galardonado con el Premio al Mejor Póster presentado en el XI Encuentro de Enfermería de Salud Mental en Andalucía (AEESM). El trabajo se corresponde con un estudio sobre la evolución de la conducta autolítica post-pandemia desde un dispositivo asistencial especializado: la unidad de Salud Mental Comunitaria de Alcalá de Guadaira.
Según apunta la jefa del servicio de Salud Mental del Área Sanitaria Sur de Sevilla, Matilde Blanco, “es un tema sobre el cual estamos muy sensibilizados, constituyendo una línea de trabajo en nuestro servicio clínico que se remonta al año 2015 y la cual ha sido potenciada desde la pandemia por el Programa Andaluz de Salud de Salud Mental con la unificación de puntos de buenas prácticas clínicas”.
Las autoras del trabajo galardonado son dos enfermeras especialistas en Salud Mental de la Unidad de Salud mental Comunitaria de Alcalá de Guadaira: Beatriz Girado y Elena García. Parten del fenómeno creciente que supone en los últimos años el incremento de la conducta suicida, destacando su aumento significativo tras la pandemia. A este hecho le suman “su compleja heterogeneidad y los múltiples factores que influyen en ella”, calificándolo como “reto social y profesional”.
Dos años de estudio de gestos autolíticos moderados o graves en el área sur sevillana
El objetivo del estudio es describir los casos registrados como conducta autolítica en la población perteneciente al citado dispositivo asistencial y compararlos a nivel nacional con la evidencia científica más reciente. En la metodología, se recogen los casos incluidos en el Protocolo de la Conducta Suicida del Área Sanitaria Sur de Sevilla y que engloban aquellos gestos autolíticos moderados o graves registrados desde el 1 de enero de 2022 hasta el 31 de diciembre de 2023; o sea, un cúmulo de un total de dos años. Como balance se obtiene la calificación de un global de 63 casos, 26 en año 2022 y 37 en el año 2023.
El perfil de la persona autolítica de este estudio se ha reducido en el último año a una edad media de entre 40 y 35 años. El género predominantemente siempre es el femenino; si bien, se identifica un llamativo aumento de los casos masculinos hasta casi igualarse ambos sexos en el último año. Por lo que respecta al diagnóstico, el más prevalente obtenido en esta investigación se corresponde con trastornos neuróticos secundarios a situaciones estresantes seguido en segundo lugar de trastornos afectivos y por último de trastornos de personalidad. Al mismo tiempo, estas enfermeras especialistas subrayan entre sus hallazgos cómo en el último año han aumentado los casos de trastornos del comportamiento y de las emociones de comienzo habitual en la infancia y la adolescencia, equilibrándose con el diagnóstico de trastornos de personalidad.
Por lo que se refiere al método de elección, predomina la ingesta medicamentosa sobre la ideación autolítica. Datos que coinciden con los recogidos a nivel nacional, donde también se objetiva: el incremento de la conducta autolítica, la tendencia a reducirse la edad de inicio existiendo más prevalencia en grupos de población joven y un mayor número de casos del sexo femenino.
Como conclusiones, las autores constatan cómo la conducta suicida se ha convertido en un fenómeno social y sanitario de gran envergadura y complejidad que requiere de una potenciación de la investigación, prevención y actuación.
Destacan la importancia de que los profesionales sanitarios conozcan sus principales factores de riesgo, así como las características sociodemográficas que lo rodean para ofrecer la mejor respuesta ante esta problemática. Y, asimismo, plantean nuevas posibilidades de investigación que profundicen en áreas tan concluyentes en la evidencia científica como son el incremento de los casos, el método de elección y el sexo.