Redacción. La exposición de obras maestras del Museo de Bilbao que se inauguró el pasado 2 de diciembre en el Bellas Artes de Sevilla ha permitido que pasen desapercibidas algunas salidas temporales notables, como la impresionante escultura de San Bruno de Juan Martínez Montañés, que se exhibe en la sala 10. En ese espacio cuelga ahora un cartel en el que informa de que está cedido en préstamo hasta mediados de marzo. Como esta obra hay otras cuatro más que volverán sobre esa fecha tras estar expuestas en distintas ciudades españolas.
Las colecciones de la pinacoteca sevillana despiertan un enorme interés. Es habitual que cada año muchos fondos terminen viajando para formar parte de muestras temporales dentro y fuera del territorio nacional. A lo largo del año pasado lo hicieron doce que ya están de vuelta y a ellas se suman estas cinco que siguen fuera. El ‘San Bruno’ se encuentra concretamente en la Catedral de Valladolid, como pieza destacada de la exposición ‘El arte nuevo de hacer imágenes en los albores del Barroco: Gregorio Fernández y Juan Martínez Montañés’ que organiza la Fundación Las edades del hombre.
Las esculturas del maestro jiennense están entre las más solicitadas y, de hecho, la pinacoteca tiene otra prestada. Es el Santo Domingo penitente, que pidió el Museo del Prado para la muestra ‘Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro’, inaugurada el pasado 19 de noviembre. El Museo Nacional de Escultura de Valladolid custodia las otras tres restantes que siguen fuera para una exposición dedicada a Luisa Roldán. Se trata de ‘la Cabeza de San Juan Bautista Niño’ y la ‘Virgen de la Leche0’ de la escultora sevillana y Taller de Nazaret de Juan de Valdés Leal.
Solo en el último año han sido 15 piezas las cedidas en préstamo por el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que opta, siempre que se pueda, por sustituir esta ausencia temporal por otra similar, con el propósito de alterar al mínimo el discurso de la exposición permanente. Así, en la actualidad, en el emplazamiento de una de las esculturas de La Roldana se exhibe ahora una de su padre, Pedro Roldán.
“Nosotros también solicitamos que vengan a nuestro museo obras de otras instituciones, como ha ocurrido con el Bellas Artes de Bilbao, pero esto es una maravillosa excepción para la que se han dado otras circunstancias, como la necesidad de espacios para hacer compatibles la apertura de salas y la reforma que tienen en marcha y la confianza plena que existe entre los dos museos”, afirma la directora del Museo, Valme Muñoz.
El proceso desde que se solicita una obra hasta que sale por embalada no es precisamente corto. La media está al menos 6 meses, porque hay un trabajo previo de análisis de la solicitud, intercambio de información, trámites administrativos y preparación de las obras para garantizar su correcta conservación tanto en el traslado como en el montaje y desmontaje. Son muchas las peticiones que llegan cada año y muchas las que se rechazan por no cumplir los estándares que considera la pinacoteca, que es la encargada de velar por este patrimonio.
Valme Muñoz explica que primero se valora el tipo de muestra, el lugar en el que se va a exponer la obra, la solidez del proyecto expositivo, la solvencia de la institución que la solicita para velar por su salvaguarda y las condiciones de la sala respecto a los sistemas de control y temperatura, si dispone de circuito cerrado de televisión, vigilancia y el personal del que dispone. Otro de los aspectos que se tiene en cuenta es si los fondos que se piden son piezas muy importantes de la colección permanente que con su ausencia desvirtúen la visita. El Bellas Artes de Sevilla tiene algunas de ellas que no presta nunca como el ‘San Jerónimo’ y la ‘Virgen de Belén’ de Pietro Torrigiano y otras solo por motivos muy excepcionales, como la ‘Virgen de la Servilleta’ de Murillo. En esa selección está también la serie de la Cartuja de Zurbarán y los murillos de formato grande.
En lo que respecta a las obras que más han viajado están el ‘retrato de El Greco’ pintado por su hijo Jorge Manuel y el ‘San Francisco de Borja’ de Alonso Cano y el ‘San Jerónimo penitente’ de Murillo. Ambas estuvieron en préstamo hasta el pasado mes de junio en el Museo de Valencia como parte de la muestra ‘Fieramente humanos. Retratos hispánicos de santidad barroca’ que pasó primero por el Thyssen de Málaga y posteriormente recaló en la pinacoteca valenciana. En esa ‘expedición’ partió también el ‘San Jerónimo’ de Llanos Valdés.
El segundo préstamo que autorizó el Bellas Artes el año pasado fue de cuatro óleos para la exposición ‘Non Surrexit’ de la Hermandad de la Amargura de Sevilla y la Fundación Cajasol: ‘San Juan Bautista Niño’ (Francisco Menesses Osorio), ‘San Juanito con dos ángeles’ (anónimo flamenco del siglo XVII), ‘Salomé con la cabeza del Bautista’ (Giovanni Batista Caracciolo) y ‘San Juanito servido por dos ángeles’ (Juan del Castillo).
Con anterioridad se habían cedido la ‘Virgen con el Niño’ de Niculoso Pisano al Museo Nacional de Escultura de Valladolid y el ‘Retrato de José Duaso y Latre’ de Francisco de Goya para el Palacio Real de Milán donde se organizó una muestra sobre el pintor español.