Redacción. La Unidad del Ronquido del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla advierte de que un 25% de la población de Andalucía podría sufrir apnea obstructiva del sueño (AOS), si bien hay un gran número de personas que la padecen y lo desconocen. La prevalencia en hombres es del 4-6% y en mujeres sería de un 2-4% de la población andaluza.
En este sentido, el responsable de la Unidad del Ronquido del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, el neumólogo Domingo García Aguilar, señala que la roncopatía en sí no es una enfermedad, ya que se produce por la vibración de las estructuras blandas de la garganta. No obstante, en muchas ocasiones, asociadas a esa roncopatía, van las apneas o hipopneas (cese completo o parcial de la respiración) provocado por el colapso de la vía aérea superior cuando se produce la relajación muscular de dichas estructuras.
“La apnea del sueño consiste en una enfermedad Infradiagnosticada porque mucha gente no sabe que la padece. Los episodios van desde segundos a minutos de duración de cese total o parcial de la respiración durante el sueño”, resalta el especialista, quien afirma que “a todo paciente roncador se le debería hacer una poligrafía respiratoria (prueba de sueño) para valorar si tiene una roncopatía simple o una apnea del sueño asociado a la roncopatía”.
Los síntomas principales son roncar, las pausas respiratorias observadas por la pareja o acompañantes y, en ocasiones, el paciente tiene despertares nocturnos frecuentes e incluso asfícticos. “Durante el día, una parte de estos pacientes presentan cefalea, cansancio y somnolencia excesiva en situaciones rutinarias, lo que disminuye su calidad de vida”, subraya.
Además, la apnea del sueño está asociada a patologías cardiovasculares, arritmias, accidentes vasculares cerebrales y accidentes de tráfico por la somnolencia durante el día que presentan un alto porcentaje de los pacientes que la presentan.
El neumólogo Domingo García Aguilar explica que hay una predisposición genética a padecerla, pero no es el único factor aislado. Y es que, según el doctor, se trata de una patología crónica que se asocia a múltiples factores, tales como anatómicos (sobrepeso, cuello ancho, lengua gruesa, hipertrofia de amígdalas o de úvula), genéticos (hereditarios) y otros como edad avanzada, hábito tabáquico, alcohol, hipotiroidismo, entre otros. En algunos casos, con la pérdida de peso puede disminuir e incluso desaparecer, y, en casos de hipertrofia amigdalina, con la intervención de las mismas también podría desaparecer (esto es frecuente en niños y jóvenes roncadores).
EL DAM, la alternativa más cómoda para el tratamiento del ronquido y la apnea
El tratamiento por excelencia y más conocido es la presión positiva continua en la vía aérea (CPAP, por sus siglas en inglés), que consiste en un dispositivo que genera una corriente de aire, que pasa por una tubuladura y por una mascarilla nasal fijada a la cabeza del paciente. Al entrar por la vía aérea un flujo de aire continuo a una determinada presión, mantiene la vía aérea abierta cuando el paciente se relaja dormido y así evita la roncopatía y las apneas. Sus principales inconvenientes son la incomodidad, la sequedad de la vía aérea, las flatulencias y las marcas en la cara de su uso, entre otras.
La alternativa que la Unidad del Ronquido del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa ofrece consiste en el DAM o dispositivo de avance mandibular. “Se trata de un dispositivo intraoral individualizado para cada paciente, que se coloca durante el sueño y que su objetivo es adelantar la arcada dentaria inferior evitando el colapso de la vía aérea y, por tanto, el ronquido y las apneas”, según indica el odontólogo de la Unidad del Ronquido José Manuel Martínez García, al tiempo que apunta que las ventajas que ofrece son “la comodidad, facilidad de uso y de transporte y el evitar todos los efectos secundarios de la CPAP previamente descritos”.