Redacción. El aeropuerto de Sevilla inicia hoy viernes 26 de octubre las obras de reforma y ampliación del control de seguridad que deben pasar los pasajeros antes de acceder a la zona de embarque. Estos trabajos, que requerirán una inversión superior a 2,1 millones de euros, tienen un plazo de ejecución aproximado de ocho meses.
Al tratarse de un área especialmente sensible para el flujo de viajeros dentro del edificio terminal, el aeropuerto ha preparado varias medidas que permitirán minimizar el impacto en su operativa habitual y atenuar las posibles molestias a los usuarios.
Entre ellas, se ha programado la obra en distintas fases para hacerla compatible con el funcionamiento del control de seguridad. También se reforzarán la señalética y el personal auxiliar de seguridad, así como la labor de la oficina de atención al usuario, cuyos empleados harán un seguimiento continuo de la afluencia de viajeros y los tiempos de paso.
En el marco de este proyecto, la superficie que ocupa el filtro ganará alrededor de 200 metros cuadrados, hasta alcanzar los 1.068 metros cuadrados. Por otra parte, se renovará e incrementará el mobiliario que sirve de apoyo a los pasajeros a la hora de depositar sus pertenencias en las bandejas y, tras pasar el arco detector, recuperarlas.
Tecnología y capacidad operativa. En paralelo a estas actuaciones, que mejorarán la confortabilidad de la zona, se modernizará el equipamiento tecnológico, con la instalación de máquinas de rayos X de última generación, además de la incorporación de un nuevo arco detector.
De ese modo, el control de pasajeros del aeropuerto de Sevilla pasará a tener cinco arcos detectores, nueve máquinas de rayos X (frente a las siete que hay en la actualidad) y ocho líneas de inspección (dos más que ahora). Esto se traducirá en un notable incremento de su capacidad operativa, ya que podrá asumir el paso y la inspección de hasta 2.100 viajeros a la hora, frente a los 1.650 actuales.
Asimismo, se duplicará la dotación de lectores automáticos de tarjetas de embarque, que pasarán de tres a seis, se mejorará el acceso destinado a personas con movilidad reducida (PMR) y se habilitará un fast lane para aquellos pasajeros que deseen tener un paso prioritario.
Esta ampliación permitirá optimizar la dotación y distribución de los controles de seguridad, ante el importante crecimiento del tráfico que está experimentando el aeropuerto y que este año batirá el récord histórico de 2017, cuando superó la barrera de los cinco millones de pasajeros.