Redacción. La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Sevilla vuelve a programar uno de los cursos más exitosos de la temporada de otoño, dedicado a la arquitectura desde una perspectiva multidisciplinar vinculada al urbanismo, la cultura y el arte. El ciclo Acciones Comunes, que cumple este año su IV edición y que cuenta con la colaboración de la Universidad de Sevilla, lleva por título ‘Encuentros entre ciudad y naturaleza’ y se celebrará en la Casa de la Ciencia (CSIC) los días 20, 21 y 22 de noviembre.
Codirigido por los arquitectos María González García y Ángel Martínez García-Posada, con Juan José López de la Cruz como secretario, todos ellos profesores de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Sevilla, el curso se desarrollará (por las tardes) en tres sesiones de ponencias, debates y propuestas en las que se abordará el encuentro entre ciudad y naturaleza como materia para la mejora del hábitat, en general, y de Sevilla, en particular. Así, la jornada del 20 de noviembre, se centrará en las Nuevas periferias híbridas. Mutaciones y proyecciones; el 21, en Corrientes alternas campo y ciudad. Transversalidades y simultaneidades; y el 22, en Territorios productivos. Escalas e instrumentalidades.
NoMAD Garden, el Grupo Aranea y Ted’A integran algunos nombres del programa junto a los arquitectos y artistas Ramón Pico Valimaña, Maider López y Jorge Yeregui, entre otros. Tal y como explican los coordinadores del curso, la tradicional dualidad que contrapone lo natural al artificio en el territorio parece ya disuelta en una malgama que entrelaza ciudad y naturaleza. Cerca del 80% de la población europea vive en contextos urbanos al tiempo que mantiene parte de su memoria anclada al medio rural tras abandonarlo masivamente durante el siglo pasado. Asimismo, en la ciudad se ha dado paso a una amplia vairedad de usos solapados que anhela otros medios de organización más flexibles y con mayores virtudes medioambientales.
El debate partirá de las múltiples transformaciones que afectan a lo rural inducido por las infraestructuras energéticas, los terrenos cultivados, los surcos fronterizos definidos por autopistas, vías ferroviarias y riberas encauzadas, el confinamiento de áreas protegidas, puertos marítimos o los polos y bordes industriales, entre otros. Estos elementos han transformado el paisaje natural poniendo en duda su tradicional lectura como espacio vacío. Desde esta perspectiva, en un mundo donde convive lo analógico con lo digital, los organizadores consideran que sigue siendo posible reconocer matices propios de la ciudad y la naturaleza.