M. M. Estos días se celebra en Sevilla la VII edición del festival de artes escénicas Encuentros Concentrados. Del 10 al 13 de enero, esta propuesta vanguardista ofrece doce piezas escénicas y una instalación, de artistas y compañías de todo el país. Muestra al público una experiencia cultural intensa, cercana y estimulante a través de diferentes piezas de corta duración que se encuadran en diversas disciplinas (teatro, danza, música, performance) o en la frontera entre varias de ellas.
Julia Rodríguez Pérez, Fran Pérez Román y Julio León Rocha están detrás de la idea de Encuentros Concentrados. Forman equipo desde 2011 bajo el proyecto cultural La Ejecutora, con el que han desarrollado diferentes trabajos en el ámbito de la cultura desde lo escénico, lo educativo y lo expositivo. Los hemos entrevistado para que nos expliquen más sobre este festival de artes escénicas que se desarrolla en un espacio tan poco convencional para este tipo de propuestas como es un hotel.
– ¿Cómo describiríais el Festival Encuentros Concentrados?
– Se trata de un festival escénico de piezas cortas en las que conviven propuestas de teatro, danza, música, performance… o la frontera entre dos o más disciplinas. Cada vez nos interesa más que las piezas se enmarquen en estos límites confusos entre disciplinas. Además, este festival ocurre en un espacio no escénico, The Nomad Hostel, que normalmente alberga a viajeros. Esto resulta muy interesante, porque los artistas y creadores que vienen de fuera de la ciudad viven en este espacio durante esta semana y esto propicia un intercambio interesante. Además, que sea un espacio cercano a lo doméstico subraya mucho el aspecto de encuentro tanto entre los artistas, como entre estos y el público y entre el público en sí.
– ¿La Ejecutora es también Teatro a Pelo y al revés?
La Ejecutora es un equipo de profesionales que desarrolla su trabajo en el ámbito cultural en general y especialmente en el campo de las artes escénicas. Dentro de estas, desarrollan trabajos de creación y producción de espectáculos propios como Las dependientas o Melodrama. Teatro a pelo es la rama de producción propia de La Ejecutora, que también desarrolla otros proyectos escénicos, como la organización del festival Encuentros Concentrados, así como proyectos relacionados con la educación (Freshtival) o colaboraciones con distintos agentes culturales en diferentes ámbitos (Movistar +, FeSt, Alumbra Sevilla…).
-Teatro a pelo nace en 2011, ¿para sacar al teatro de sus espacios convencionales?
– Teatro a pelo nace en 2011 como un proyecto de teatro en serie y en espacios no convencionales. Durante tres años el público pudo seguir a unos mismos personajes y sus historias en espacios reales como el hostel LaCajaHabitada y otros espacios de la ciudad de Sevilla como la galería Delimbo o las tiendas Le Voilà y La Importadora. A raíz de esta experiencia que jugaba con el tiempo y el espacio escénico, el mismo equipo ha podido desarrollar diferentes proyectos en espacios como el metro, autobuses o la galería madrileña Slowtrack Cañizares. Dentro de este trabajo destaca la colaboración con el Servicio de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla con la creación de piezas para el autobús y el tranvía como Las mujeres en mí o Mercurio Cromo.
– ¿Cómo nace la idea de Encuentros Concentrados?
– Cuando estábamos desarrollando la serie en el hostel en el que empezó todo, LaCajaHabitada, había compañeros de Sevilla que nos pedían participar con alguna pieza, pero era complicado al tratarse de una serie cerrada. Entonces pensamos que sería bueno abrir ese espacio y convertirlo en un punto de encuentro en el que se viera el trabajo que estaban realizando diferentes creadores escénicos.
– ¿Os inspirasteis en algún proyecto similar?
– La verdad es que no. En ese momento había un proyecto en Sevilla de teatro corto, que estaba funcionando muy bien en El gato en bicicleta. Sin embargo, nosotros teníamos muy claro desde el principio que esto no iba a ser un proyecto permanente durante el año, sino un festival para que nos permitiera traer también a creadores de fuera y que se produjera un intercambio con la comunidad escénica sevillana. Además, teníamos mucho interés en que la programación incluyera diferentes disciplinas y no centrarnos sólo en el teatro. Siempre queda algo en ti de otras propuestas que has visto a la hora de poner un proyecto en marcha, pero no teníamos un referente concreto a la hora de echar a andar el festival.
– ¿Suponen la unión un poco de vuestros dos mundos: el teatro y la arquitectura?
– No de forma intencionada, pero probablemente todo lo que somos y hacemos nos influye en cierta manera. Explorar espacios convencionales como lugares escénicos siempre nos ha resultado interesante. Pensar en los espacios como lugares vivos, que durante unos días se convierten en algo diferente, es, al fin y al cabo, explorar la frontera de los mismos, casi del mismo modo en que nos interesa que la programación se mueva en la frontera entre distintas artes escénicas. Está claro que nos gusta mezclar mundos en todo lo que hacemos. Teatro y arquitectura, pero también música, comunicación, danza o artes plásticas… Encuentros es un bonito entorno para hacerlo: nuestros mundos y los de quienes participan de cualquiera de las maneras.
– ¿De dónde sacáis inspiración para proyectos tan transgresores?
– Nos gusta hacer y ver muchas cosas y eso es siempre inspirador. Sacamos la inspiración un poco de las ganas de hacer cosas y de mezclarnos con gente interesante que nos aportan muchas cosas.
-¿Cuánto de vanguardia llega a Sevilla en las artes escénicas?¿Y cuánto sale de aquí mismo?
– Afortunadamente, gracias al Teatro Central, Sevilla lleva acogiendo propuestas escénicas contemporáneas desde hace más de 25 años. Hemos tenido el privilegio de poder ver compañías y espectáculos maravillosos que han marcado a la comunidad creativa, no sólo escénica, de la ciudad. En parte gracias a esto, pero no solo, hay muchas propuestas contemporáneas de calidad que salen de la ciudad, tal vez especialmente dentro de la danza contemporánea. Es una maravilla estar rodeado de gente talentosa y que se embarca en proyectos interesantes. El problema es que la cultura está muy centralizada y es difícil tener la visibilidad que tienen las propuestas de Madrid o Barcelona. Exportar más lo que se crea en Sevilla y en Andalucía en general es una asignatura pendiente.
– ¿Cómo es esta VII edición de Encuentros Concentrados? ¿Qué ha guiado la selección de los espectáculos o compañías que componen su programación?
– A la hora de hacer la selección no tenemos una preferencia de antemano. Vemos las propuestas y la programación va saliendo casi sola. Hay propuestas que nos conquistan desde el principio y poco a poco vamos añadiendo otras intentando que la programación sea variada en cuanto a disciplinas, que haya creadores locales y creadores de fuera… Aunque no planteamos líneas temáticas para la programación, es verdad que siempre hay algún hilo que lo une todo y este año podríamos decir que es la identidad. Varias de las propuestas giran en torno a este tema precisamente en un momento en el que la búsqueda de quién somos resulta bastante interesante.
– ¿La acogida del público es otro de los fuertes de Encuentros concentrados?
– El público nos ha acompañado desde la primera edición y no ha dejado de crecer. Cada año vemos caras que conocemos de fieles que no se pierden ninguna edición y que ya saben cómo funciona la dinámica, pero también tenemos la suerte de que cada año se acerque público nuevo que viene con ilusión a descubrir el festival. Estamos muy contentos del público que tenemos. Primero porque es un público muy educado y muy colaborador, si no sería muy complicado mover a tanta gente por diferentes espacios, pero, sobre todo, lo que más nos gusta del público es que viene dispuesto a experimentar. Al principio teníamos más prejuicios pensando qué cosas podrían o no gustar al público, pero ellos mismos nos han dado una lección mostrando interés por propuestas arriesgadas y nos han dado la oportunidad de ser cada edición más libres a la hora de programar.
– ¿Qué tal ha sido la experiencia del cambio de sede?
– Nos ha dado pena dejar la sede anterior porque llevábamos muchos años en ella, pero es verdad que se nos había quedado pequeña por la cantidad de público que viene cada día. Encontrar The Nomad Hostel ha sido una suerte, porque reúne las características para que el festival mantenga su identidad, los espacios comunes son más grandes y va a permitir que estemos más cómodos. Además, el equipo de The Nomad Hostel nos ha dado una acogida inmejorable y nos están haciendo sentir como en casa. Es una alegría encontrar cómplices para proyectos culturales.
– ¿Qué supone alcanzar la séptima edición de una propuesta tan poco común?
– Mucha satisfacción, porque supone mucho esfuerzo, pero si seguimos año tras año es porque tanto los creadores como el público siguen interesados en el formato y compartiendo con nosotros muchas cosas que nos aportan mucho.
– ¿Podéis adelantarnos algún proyecto próximo?
A principios de febrero, el 1 y 2, estrenamos en el Teatro Central Melodrama, nuestra próxima producción. Es muy especial para nosotros, porque es nuestra primera vez en este teatro que nos ha inspirado tanto y porque estamos trabajando con un equipo grande con colaboraciones que nos parecen un lujo.