Fermín Cabanillas. El problema de que los animales no puedan alojarse en los hoteles junto a sus propietarios da un paso adelante más en la localidad sevillana de El Pedroso, donde funciona el complejo rural Sierra Huéznar, que no sólo permite que sus huéspedes disfrutar de su estancia junto a su perro, sino que incluso dispone de “habitaciones” para caballos.
El equipo del director del complejo hotelero, Antonio Sayago, maduró en su día una idea que en la actualidad es una de las más originales que se pueden plantear para unos días de asueto de jinete y caballo juntos, en este enclave situado entre las localidades sevillanas de Constantina y El Pedroso, y que empezó a funcionar en 2005.
Sayago recuerda que la idea se comenzó a madurar “cuando vimos que había personas que tenían caballos y les gustaba pasar con ellos en sus días de descanso”, y querían evitar que alguien dejase de visitar la zona por no tener alternativa de alojamiento para sus equinos, y nació la idea del hotel para caballos, lo que ha supuesto una inversión importante, pero que está funcionando.
Respondiendo a la demanda. “Comprobamos que había una cierta demanda de gente que pedía rutas a caballo, y surgió la posibilidad de alojarlos aquí, cuando los clientes nos decían que tenían sus propios caballos, y que querían pasear con ellos y realizar sus actividades cuando se alojaran en nuestras instalaciones», señala el director del complejo, satisfecho de la respuesta que tiene.
Por eso, se activó la unión de cliente-caballo un mismo espacio, separado por unos tres minutos a pie”. Pero la idea va más allá, ya que existe la posibilidad incluso de que el cliente llegue a caballo al hotel, ya que si vive en una localidad cercana no tiene ni que coger el coche, sino llegar a caballo, y su montura se va a su alojamiento y él al suyo.
El hotel dispone de 48 plazas para sus clientes humanos, y entre 10 y 12 para los equinos. Para ellos, se aplica lo que denomina “pupilaje”, una fórmula que hace que se le cuide igual que a sus propietarios.
La posibilidad es tal que incluso en el caso de que haya más demanda que oferta de plazas, se concierta con otras cuadras de la zona que se queden allí alojados los caballos, de forma similar al overbooking en los hoteles convencionales, cuando se han aceptado más reservas que las plazas de que dispone el establecimiento.
Aumentar el nivel. Con todo ello, se busca mantener e incluso aumentar el nivel del turismo rural en la zona, un tipo de descanso que “desde hace unos años ha subido mucho, e incluso con la época de crisis no ha ido subiendo pero se ha mantenido, porque la gente sigue utilizando el turismo rural para sus salidas”.
Pero, sobre todo, logra la diversificación en el turismo que se busca con ideas como la de este hotel sevillano, que hace que “la gente pueda hacer cosas distintas, no solo alojarse y estar en un sitio de forma estática, y nosotros vendemos experiencias, como una forma de responder a la demanda en ese sentido”.
Y por el precio que no sea. El alojamiento del caballo solo tiene un coste de 6 euros al día, que se cobra esencialmente para cubrir la limpieza de las cuadras, mientras que si no se aporta la comida, el coste es de 12 euros por día.
Para rematar la idea, en este complejo, situado a 60 kilómetros de Sevilla capital, existen también caballos propios, para los que no dispongan del suyo y quieran recorrer a sus lomos los 32 kilómetros de caminos y senderos de la zona, o acceder incluso a municipios vecinos como Cazalla de la Sierra en medio de senderos naturales.