Fermín Cabanillas. Pilar y Antonio tuvieron una idea, y esa idea la han transformado en algo que se ha convertido en un referente. Una vez pensaron que el chicharrón, ese producto tan andaluz que nadie se planteó nunca innovar sobre él, podía tener un uso distinto si se innovaba en la comercialización.
Con una buena pensada, con una revisión de lo que hacía, y con muchas pruebas hasta encontrar el producto perfecto, nació ‘Chicharrosnack’, uno de los productos estrella de ‘Chicharrones Rubio’, que realiza su labor totalmente artesanal en una nave de la localidad sevillana de Benacazón.
Tal ha sido la demanda de su trabajo, que hoy día se pueden comprar sus chicharrones para llevar en todos los Supercor, Hipercor y El Corte Inglés de toda la península, además de lo de Palma de Mallorca.
Tras esta idea están Pilar Rodríguez y Antonio Rubio, un matrimonio residente en Benacazón que tuvo en su día la idea de comercializar los popularísimos chicharrones de una original forma, como un snack, y hoy día sacan cada mes al mercado centenares de envases de este producto.
El origen, explica Pilar, está en 1995, cuando su marido -todavía no se conocían- comenzó su actividad como carnicero. “Un año después ya comenzó a hacer chicharrones, pero hubo un momento en el que dejó el oficio, y comenzó a trabajar en un bingo”.
Fue en ese bingo, en el barrio sevillano de Los Remedios, donde ambos se conocieron. Aunque trabajaban juntos, la pasión por el trabajo de la carnicería de Antonio no la podía dejar atrás, “así que decidimos dedicarnos a eso, y abrimos una, pero en un mercado de abastos en el que había muchas, con lo que pensamos en hacer algo diferente para llamar la atención a público y empezamos a freír chicharrones”.
Muchas recetas. Mediante muchos madrugones y mucho trabajo salió adelante una versión de un un producto que tiene multitud de definiciones o formas de elaborar según en qué parte del mundo se coma, aunque en Andalucía es un fiambre que se elabora con diversos subproductos porcinos, mezclados con las partes grasas del cerdo, todo ello triturado, condimentado con pimentón, sal y pimienta negra en grano.
Ellos contaban, por ejemplo, con que no hay una receta típica y única para este producto, sino que prácticamente todo el que lo elabora le da su propio toque, y ahí entró ‘Chicharrones Rubio’ para sacar al mercado algo que ha terminado imponiéndose.
Este fin de semana estarán presentes en la Muestra Gastronómica de la Provincia ‘Los pueblos en el corazón de Sevilla’, y a diario les llegan no sólo pedidos de toda España, sino incluso ofertas para entrar en lineales de nuevas tiendas y centros comerciales.
Antes de esto, el salto de calidad fue tal que Pilar y Antonio decidieron instalarse en una de las naves industriales de Benacazón, donde ‘Chicharrones Rubio’ comenzó a caminar con su nuevo formato, y en junio de 2017 nació el “ChicharroSnack”, que se podría considerar la joya de la corona de esta original iniciativa.
Higiénico. El producto se vende a granel, aunque el snack viene cerrado y precintado, con un peso de unos 250 gramos. Pilar asegura que la frescura del producto no tiene discusión alguna: “Trabajamos bajo pedidos, no vendemos de un día para otro. Es verdad que es un producto que aguanta un mes, pero lo hacemos a diario”, explica.
Eso sí, el snack llama la atención. “Es higiénico, con un envase transparente, que facilita que se vea cuánto queda en cada momento, es fácil de comer, de abrir, lo tiene todo”, explica Pilar, que, con su marido, lleva un año ya con este producto en el mercado, que ha marcado un antes y un después en un producto que forma parte de la cultura gastronómica andaluza desde tiempo inmemorial.
La idea de este matrimonio ha llegado para quedarse. La actividad es frenética en la empresa, y parece que lo mejor aún está por llegar.