Redacción. La localidad sevillana de Cañada Rosal acoge un año más su original Fiesta Colonial de los Huevos Pintados, rescatando así una tradición que se desarrolla desde el siglo XVII, y cuya celebración tiene lugar durante la mañana del Domingo de Resurrección.
Esta costumbre llega del centro de Europa, pero se ha asentado totalmente en este pueblo de la campiña de Sevilla. Sobre todo desde que hace algunos años la asociación de amigos ’27 de Agosto’ la recuperara haciéndose cargo de la organización de esta fiesta en la Plaza de Santa Ana, que cada año reúne a más de un millar de vecinos de Cañada Rosal y de los alrededores.
La celebración de esta festividad, que consiste en pintar huevos de colores, ha pasado durante años de padres a hijos, circunstancia que ha hecho que no caiga en el olvido, ya que desde el Domingo de Resurrección de 1700, primera vez que los colonos celebraron su fiesta en tierras sevillanas, viene llevándose a cabo.
De esta manera, desde las 12 de la mañana del domingo, los vecinos y visitantes pueden ver la exposición de canastos con huevos, que los diferentes alumnos de los centros educativos de Cañada Rosal han pintado para la muestra.
Posteriormente, los familiares se intercambian los huevos cocidos a modo de regalo, pudiéndose entonces elegir entre comerlos, como se hacía en los años 50 y 60, o conservarlos, ya que algunos huevos se acercan a obras de arte y algunas personas optan por esto último.
