Ana Rodríguez. Agustín Sánchez Gayango no ha podido empezar mejor este mes de mayo. El médico palaciego de 29 años, especializado en Psiquiatría, acaba de recibir nada menos que dos reconocimientos: uno, el premio al Mejor Póster en Trastorno Mental Grave (esquizofrenia y trastornos afectivos), en el marco de los ‘X Encuentros Nacionales de Psiquiatría. Conductas suicidas’. Galardón compartido con los doctores María José Rodríguez Macías y Emilio José Lopez Sánchez, por un estudio para certificar la efectividad de un nuevo fármaco para reducir la contención física en casos graves. El otro ha sido el Premio al Mejor Especialista en Formación del Hospital Universitario de Valme, que otorga anualmente el centro sanitario a uno de los residentes de último año.
Ambas distinciones le han hecho mucha ilusión, pero especialmente la segunda. Como él mismo explica: «al congreso puedes presentar trabajos todos los años y volver a ganar alguno de los cuatro premios que otorgan, pero residente no volveré a ser más en mi vida. Para concedérmelo han tenido en cuenta el informe emitido por mi tutor y coordinador de la Unidad de Hospitalización de Salud Mental de Valme, Francisco Gotor, explicando mi labor asistencial, así como mi currículum y los votos de mis compañeros residentes. Ése es mi premio, que mis compañeros me hayan votado. Algo les he tenido que inculcar para que se acuerden de mí. Mi agradecimiento a mis residentes más pequeños y a mi Unidad, al trabajo en equipo que realiza y en el que cada punto de vista cuenta y aporta algo diferente».
Que sus compañeros residentes lo hayan votado de forma masiva es todo un logro, ya que «ser MIR de Psiquiatría es como aislarte casi del resto de especialidades, te relacionas poco con ellas. Pasas mucho tiempo con la gente de tu Servicio», comenta el profesional. Sin embargo, en esas incursiones en Urgencias, en esos intercambios en cursos, saludos en los pasillos, sesiones de psicoterapia y terapias de grupo, derivaciones de pacientes a otras especialidades, etc. Agustín ha tenido que dejar huella en los otros MIR, mostrándose siempre disponible «para que aprendan de lo poco que sé, ofreciéndome a quedarme si es necesario o a enseñarles lo que necesiten», asegura el sevillano.
Y es que este doctor está plenamente convencido de que en la cooperación de la Psiquiatría con otras áreas está la clave para solventar muchos problemas que presentan los pacientes. Por ejemplo, recientemente Sánchez ha colaborado con otra residente de Valme, la endocrina Carmen Carretero Marín, en la puesta en marcha de una terapia de grupo con jóvenes de entre 14 y 18 años con diabetes tipo 1 -una muestra de siete pacientes- que presentaban mala adaptación a su enfermedad. La iniciativa ha sido muy efectiva, logrando en sólo un mes, y sin variar la medicación de las voluntarias, que la hemoglobina glicosilada de éstas bajara un 0,7 %, reduciendo así el riesgo de sufrir complicaciones vasculares derivadas de la enfermedad.
El doctor Sánchez presentó esta iniciativa a los ‘X Encuentros Nacionales de Psiquiatría. Conductas suicidas’, aunque fue finalmente otra de sus investigaciones la que se alzó con uno de los premios de este congreso. En concreto, la elaborada junto a los doctores María José Rodríguez Macías y Emilio José Lopez Sánchez, este último residente de segundo año.
«La idea surgió cuando nos presentaron un nuevo fármaco que lograba tratar sin necesidad de sedación episodios de agitación psicomotriz, es decir, situaciones en las que el paciente está fuera de control y puede hacerse daño a sí mismo o a los demás. No nos creímos que eso fuera posible y quisimos comprobarlo«, recuerda el palaciego. Hasta ahora, en estos casos, la única opción era dormir al paciente, contenerlo en una cama y esperar unas horas a que se despertara para poder hablar con él y valorarlo. Una situación muy desagradable aunque habitual en la planta de agudos de Psiquiatría, donde están los pacientes más graves.
Conforme avanzaban en el estudio del fármaco, el escepticismo de estos profesionales fue desapareciendo. Durante un periodo de seis, contabilizaron -aún continúan haciéndolo para que la muestra sea más amplia y fiable- el número de pacientes que conseguían calmar sin llegar a dormir ni contener gracias a la administración de la nueva medicación. «Nuestra investigación demuestra que en un 93 % de los casos -de un total de 45-, los pacientes se relajan y podemos hablar con ellos luego. El medicamento nos ha facilitado mucho, nos evita llamar a seguridad, a los celadores, ha permitido disminuir el número de contenciones físicas o mecánicas…», reconoce el doctor Sánchez.
A partir del próximo martes, 21 de mayo, será Emilio José López quien continúe con esta labor de análisis, pues el periodo de residencia, y por tanto el contrato de trabajo, de Agustín finalizan dicho día. «El martes no sé dónde estaré, ojala pudiera quedarme en Valme«, admite, un Hospital muy especial para él, el que le vio nacer y donde se ha formado en los últimos años como profesional de la Psiquiatría.
Cabe recordar que desde pequeño, cuando estudiaba en el colegio Andrés Bernáldez y en los IES Marisma y Maestro Diego Llorente, ya soñaba con ser médico para averiguar cómo funcionaba el cuerpo humano. Hizo Medicina en la Universidad de Sevilla, pensando que acabaría siendo oftalmólogo, aunque al final se decantó por la Psiquiatría al ser «una especialidad diferente. Pensaba ‘seguro que ahí no me aburro’ porque cada persona, cada vida, es un mundo», reconoce divertido Agustín.
Aunque ha pasado por el Hospital Virgen Macarena de Sevilla y realizó una estancia de tres meses en el Virgen de las Nieves de Granada para profundizar en psicoterapia, desde 2015 su casa prácticamente ha sido el Hospital de Valme. En este centro ha rotado por consultas, conocido a fondo la planta de agudos o casos graves, el hospital de día, la unidad de Infantil, ha hecho el rotatorio por psiquiatría de enlace, por la Comunidad Terapéutica de Salud Mental del Hospital El Tomillar… Un camino de cuatro años que ha sabido andar ganándose el cariño de pacientes y compañeros.
En cuanto al futuro de su profesión, el profesional de Los Palacios ve un filón en el tratamiento de los trastornos de personalidad. Según explica, «se ha avanzado mucho con los pacientes psicóticos, en campos de farmacología y psicoterapia, pero con los trastornos de personalidad tenemos mucho que concretar y solucionar. Son los más complicados desde mi punto de vista, porque los fármacos y psicoterapia de ahora no les sirven de mucho. Nos va a tocar ser la generación que busque una solución a esto«.
Aunque su próximo destino es aún un misterio, Sánchez está muy contento con la experiencia vivida como residente y con los reconocimientos recientemente cosechados. Ahora toca afrontar una nueva etapa, una nueva aventura por los derroteros de la Psiquiatría que a buen seguro estará llena de éxitos. ¡Suerte!
