A.R.E. Llega el buen tiempo. El calor comienza a apretar y la mente sólo sueña con las tan deseadas vacaciones estivales y en desplazarse a algún lugar fresco y, a ser posible, costero. Pero no todos tienen esa suerte. Algunos trabajan todo el verano o la economía no les llega para pasar unos días fuera de casa. En cualquier caso, para quienes tienen que quedarse en tierra hispalense en verano existe una alternativa refrescante porque ¿quién dice que en Sevilla no hay playa?
Nuestra tierra lo tiene todo, hasta playa, sí, una playa fluvial que en los últimos años ha sido actualizada para acomodarse a las necesidades de los bañistas. Hablamos de la playa de San Nicolás del Puerto, en el pantano del Huesna, a solo hora y media de la capital sevillana, en la Sierra Norte. Un pequeño paraíso en una zona con dos espacios declarados Monumentos Naturales: las Cascadas del Huéznar y el Cerro del Hierro.
Enclavado en San Nicolás del Puerto, se localiza este oasis conocido como la playa verde por el tono de sus aguas. Esta zona, donde el baño está permitido, fue creada hace más de 40 años aprovechando el paso del río Galindón por la localidad sevillana. Su ideólogo, un antiguo alcalde del municipio, vio en esta improvisada zona de baño en la que los vecinos se refrescaban cuando llegaba el calor, una oportunidad económica para su pueblo, y el Ayuntamiento comenzó a invertir en la zona para dotarla de mejores condiciones y servicios.
Así, en las cuatro últimas décadas, se ha habilitado una superficie con hormigón impreso para facilitar el paso, colocado césped artificial, establecido una zona para sombrillas y toallas y construido aseos y duchas para que el espacio reuniera todos los servicios y comodidades.
Tampoco faltan en esta playa de interior los chiringuitos, ideales para picar algo o saciar la sed en un caluroso día de verano, así como merenderos para quienes prefieran llevar su comida.
El único ingrediente propio de una playa, y que en ésta no está presente, es la arena, aunque para muchas personas este hecho no es un problema, sino más bien una ventaja. Cuestión de gustos.
Otro factor a tener en cuenta de la playa verde de San Nicolás del Puerto es su seguridad. El agua se mantiene en el cauce del río gracias a un muro de contención y en las márgenes se han colocado barandillas para evitar caídas y otros peligros. Recientemente, con arreglo al Plan Supera, se ha acometido la limpieza de accesos a la playa con maquinaria especial, quitando el limo para prevenir resbalones, y se han puesto barandillas nuevas más largas y en mayor número.
A pesar de todos estos factores, este peculiar destino no ha logrado la bandera azul por la que luchaba este año, lo cual no merma en absoluto su calidad, ni evitará que sus gestores sigan luchando para alcanzar tan prestigiosa distinción en un futuro próximo.
En suma, por su cercanía a la capital y sus inmejorables condiciones, qué duda cabe que esta playa fluvial es un imán para vecinos y turistas en la época estival. En pleno verano, en una semana pueden pasar por ella unas 3.000 personas para disfrutar de una jornada de ocio en un enclave único.
Este 2019 la temporada de baño comenzará el próximo 15 de junio y se extenderá hasta el 15 de septiembre. Tres meses para sumergirse en sus aguas y olvidarse un poco de la lejanía de la costa.
La otra futura playa de Sevilla. Por otro lado, el pasado mes de marzo comenzaban en La Puebla de los Infantes la primera fase de las obras que darán vida a su futura playa, unas instalaciones que se están realizando en la zona central de la orilla izquierda del embalse José Torán (carretera de Lora del Río), por ser el punto donde la lámina de agua es más constante y el perfil del terreno sumergido presenta una pendiente suave y continua.
La idea es que la construcción artificial se asemeje lo máximo posible a una playa marítima. Una iniciativa con la que el Consistorio local desea «atraer inversiones generadoras de empleo en el sector turístico, fomentar y promover de forma planificada el desarrollo turístico de la zona».
La primera fase de las obras, actualmente en curso, consiste en el adecentamiento del terreno con maquinaria, la instalación de un bar – restaurante, así como de vestuario y aseos y el tratamiento y mejora de compactación del terreno. Ya en una segunda fase, está previsto dotar los 600 metros de playa de un paseo marítimo, realizado en madera laminada, farolas solares, bancos y pequeñas zonas ajardinadas.
Un nueva playa para la provincia de Sevilla que probablemente los ciudadanos puedan disfrutar el próximo 2020.