Redacción. Los problemas de desinformación, su sobreabundancia, el culto a la inmediatez y a la novedad se han convertido en los protagonistas de la información digital actual. La velocidad en la que hoy en día nos mantenemos informados de todo lo que ocurre en el mundo y la capacidad de opinar, comentar y convertirnos en propios transmisores de la información, aún siendo un aspecto positivo de la nueva sociedad digital, también conlleva un riesgo con el incremento de noticias falsas, también conocidas como fake news.
Los últimos datos estadísticos publicados por la Universidad Complutense de Madrid, revelan el impacto que estas fake news tienen en los usuarios y destaca que 9 de cada 10 personas han compartido alguna vez una noticia falsa, 3 de cada 10 ha discutido alguna vez sobre una y 2 de cada 10 ha sufrido problemas en su puesto de trabajo por una noticia falsa. Teniendo en cuenta esta situación y la viralización que se produce de estas noticias falsas, que pueden llegar a unas 100.000 personas, frente a las 1.000 a las que llegan las noticias reales, los periodistas, las empresas de comunicación y las plataformas digitales empiezan a llevar a cabo una batería de medidas para intentar paliar el efecto negativo de este tipo de noticias.
Una de las medidas primordiales a tener en cuenta se debería centrar en el sistema educativo para despertar la capacidad crítica y el criterio periodístico desde edades tempranas. Con este objetivo se han organizado estas primeras charlas sobre las fake news, donde periodistas del departamento de comunicación municipal trabajarán, durante los meses de junio, septiembre y octubre, con los jóvenes de los Institutos de Educación Secundaria locales, les enseñarán a identificar una noticia periodística real, no solo en sus formas sino en cuanto a los requisitos que debe tener, diferenciar éstas de las noticias falsas, informarles de las distintas formas, emisores e intencionalidades de dichas noticias y el efecto negativo que éstas provocan y acercarles las herramientas que se encuentran disponibles para contrastar las informaciones.
“Si conseguimos simplemente que los jóvenes se cuestionen la credibilidad de lo que leen, se planteen la posibilidad de que pudiera no ser verdad y evitamos que se compartan y se viralicen las noticias falsas sin antes haberlas cuestionado ya nos damos por satisfechos”, ha defendido la delegada de Educación en funciones, Blanca de Pablos.