Redacción. Tercera y última cita con Rocío Molina en el Festival de Danza de Itálica, organizado por la Diputación de Sevilla. En este nuevo Impulso, el bailarín y coreógrafo François Chaignaud, uno de los más destacados renovadores de la danza francesa, entrará en el laboratorio de Rocío Molina. Será el sábado, 13 de julio, en el Monasterio de San Isidoro del Campo de Santiponce a partir de las 22.30 horas.
Después de compartir escena con el guitarrista flamenco Rafael Riqueni, y la coreógrafa Elena Córdoba y Luz Prado al violín, François Chaignaud será el invitado en esta tercera sesión. Artista multidisciplar e inclasificable, Chaignaud es uno de los nombres propios en las artes escénicas francesas. Bailarín, coreógrafo y cantante, juega en escena con su imagen andrógina y con la mezcla de elementos de diferentes épocas y diferentes disciplinas, desde la música barroca a los romances populares, o la inspiración literaria de autores como Lorca o Virginia Wolf.
La fusión de estos dos torrentes creativos al servicio de la improvisación irrumpirá con fuerza en el escenario del claustro del Monasterio de San Isidoro del Campo, dando cierre a un ciclo muy especial para Rocío Molina, que ha llegado de Londres tras haber participado esta misma semana en el Flamenco Festival con su espectáculo Caída del cielo.
La propuesta de Impulso se califica como una improvisación, una performance, que permite al espectador ser testigo directo del proceso de construcción de la artista. Rocío Molina explora curiosa, inventa y desarrolla ideas en torno al espacio en el que esté, el escenario, la música o los artistas que la acompañan en cada momento, haciendo de cada uno de los Impulsos un momento único.
Desde 2014, Rocío Molina, Premio Nacional de Danza del Ministerio de Cultura del Gobierno de España, es artista asociada al Teatro Nacional de Chaillot en Paris dónde estrenó en 2016 Caída del Cielo. Estrenó en el Festival d’Avignon en julio de 2018 el espectáculo Grito Pelao, que dirige junto a la cantante Sílvia Pérez Cruz y Carlos Marquerie, y que se pudo disfrutar en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, en septiembre de 2018, en el marco de la XX Bienal de Flamenco. Rocío Molina es, además, Premio Mejor Bailaora de la Bienal de Sevilla, Medalla de Oro de Málaga, Premio Max 2017 (Mejor intérprete de danza y Mejor coreografía para “Caída del Cielo”) y 2015 (mejor coreografía por Bosque Ardora), entre otros reconocimientos a su polifacética carrera.