Redacción. Ser una persona asmática no es sinónimo de estar más expuesto que el resto al coronavirus. Los pacientes con asma controlada médicamente, sean niños o adultos, no son un grupo de riesgo específico frente al COVID-19. Desde el Hospital Universitario Virgen Macarena, en el que actualmente tratan a más de 2000 pacientes con asma, inciden en la importancia de mantener el tratamiento prescrito por su médico durante la pandemia.
Del mismo modo, aquellos que padezcan asma, al igual que el resto de la población, deben seguir las medidas de prevención indicadas: frecuente higiene de manos, mantener el distanciamiento social, no tocarse la cara con las manos, usar un pañuelo desechable al toser o estornudar y evitar el contacto con personas con síntomas respiratorios. No obstante, la Comisión de Asma del centro hospitalario recomienda que los afectados por esta patología, si salen de su vivienda lleven siempre mascarilla.
Con el fin de asegurar la continuidad terapéutica en los pacientes con asma grave controlada con fármacos biológicos, el Hospital Universitario Virgen Macarena ha puesto en marcha un protocolo de autoadministración de tales tratamientos.
Para ello, en una sesión presencial, se explica a estos pacientes cómo deben administrarse la medicación y se les suministra la dosis para los próximos dos meses. A los que no puedan acudir se les ofrece la formación vía telemática y el servicio de Farmacia Hospitalaria les envía los medicamentos a su domicilio. Hoy, 143 personas con asma grave se benefician de este programa de telefarmacia implantado en el enclave sanitario.
Entre otras recomendaciones, desde la Comisión de Asma del Hospital Universitario Virgen Macarena, se recuerda que ante una crisis de asma, para evitar el riesgo de diseminación del virus mediante aerosoles, como medicación inhalada de rescate se utilicen los cartuchos presurizados acoplados a una cámara espaciadora en lugar de los equipos de nebulización.