Virginia López. El rango de una ciudad, sus títulos, suelen ir destacados en su heráldica oficial. Sevilla es una ciudad con cinco títulos. A este respecto, del tradicional escudo se ha pasado al fijado institucionalmente por el Ayuntamiento en 2017, y en ambos aparecen los referidos títulos.
Si observamos la imagen de nuestro escudo comprobamos que en el centro aparece el rey Fernando III apodado “El Santo”, que conquista la ciudad el 23 de noviembre de 1248 y fue canonizado el 12 de marzo de 1622 junto a los españoles Isidro Labrador, Ignacio de Loyola, Francisco Javier y Teresa de Jesús. Porta espada y bola del mundo fajada.
Su espada es la famosa Lobera la cual podemos contemplar cada 23 de noviembre en la Procesión de la Espada, la procesión más antigua y más desconocida de Sevilla. Y bola fajada porque lleva una faja o cinta que la rodea en forma de cruz. Cuando visiten la Iglesia del Salvador fíjense que la bola fajada- símbolo de ese templo- aparece por doquier tanto en la fachada como en el interior.
Le acompaña San Leandro a la derecha y su hermano San Isidoro a la izquierda. Ambos Arzobispos en la Sevilla visigoda del siglo VI de ahí que lleven la mitra (en la cabeza) y el báculo (bastón). Ya que éste es un medio digital, cabe recordar que San Isidoro como compilador del conocimiento de su época a través de su obra Las Etimologías, es el patrón de Internet.
No puede faltar el símbolo del Nodo, que según la tradición fue el regalo del rey Alfonso X “El Sabio” – hijo de Fernando III- a la ciudad de Sevilla por su lealtad y que es un jeroglífico que significa “no me has dejado”= No-Madeja-do. Hoy día la madeja de lana está estilizada en un 8.
En 2005 Emilio Carrillo publicó un libro con la teoría de que el símbolo, que nace en el seno de las Escuelas Generales de Latín y de Árabe y de la Escuela de Gramática de Sevilla – situada en el Palacio Gótico del Alcázar- entre los años 1254 y 1275, estaba más relacionado con las aspiraciones imperialistas de Alfonso X.
Como hijo de Beatriz de Suabia pertenecía a la familia germana de los Hohenstaufen y cuando el trono del Sacro Imperio Romano Germánico quedó vacante, lo reclamó para sí. No lo consiguió e incluso no tuvo apoyo entre la nobleza de Castilla que no estaba dispuesta a darle soldados y dinero para su candidatura.
Según Emilio Carillo el Nodo está relacionado con el nudo de Hércules y el 8 refuerza su unión y fortaleza. Teoría más que plausible y que demostraría lo avanzada que estaba la cancillería castellana en el siglo XIII capaz de crear un símbolo como las marcas institucionales que tiene hoy día toda administración pública.
Cabe reseñar qué es el nudo de Hércules, pues fuera de ámbitos marineros o de la medicina, no es muy conocido. En el mundo anglosajón y relacionado con la actividad marinera, se conoce como Reef knot (nudo de rizo) Los griegos lo llamaron Nudo de Hércules.
Es una representación más sencilla del célebre nudo gordiano – que al final no fue desatado sino que fue Alejandro Magno quien, nunca mejor dicho, cortó por lo sano – y era símbolo de la unión estable y de la curación. Según Plinio las heridas se curaban más rápidamente cuando se unían con el Nudo de Hércules. Y curiosamente hoy día en Medicina se sigue usando.
La corona real abierta hace referencia a la condición realenga de Sevilla en fecha anterior al advenimiento de los Borbones. Sevilla siempre fue una ciudad controlada por los monarcas que nombraban al asistente, cargo equivalente a alcalde.
Cuando Fernando VII concede el Ducado de Sevilla a su sobrino Enrique de Borbón no implica la concesión de la ciudad o de tierras pues ya estamos en un contexto de Nuevo Régimen con el fin de las jurisdicciones medievales.
Y en torno al escudo aparecen los cinco títulos de Sevilla. En el escudo tradicional en forma de filacteria y hoy día la leyenda queda recogida en el propio emblema. Es una costumbre que viene de los reinos hispanos medievales, el de otorgar títulos a las ciudades según sus gestas y características. Vienen a ser sus apellidos. Y como se sabe, cuánto más se tenga, de más abolengo se es.
El orden sigue la antigüedad de estos cinco títulos de Sevilla con que fueron concedidos desde Muy Noble en 1248 hasta Mariana en 1946. Veamos cada uno de ellos:
Muy Noble: concedido por el propio rey Fernando III tras la conquista. No se sabe el año con exactitud pero solo median 4 años entre el hecho y la muerte del monarca.
Muy Leal: concedido por el rey Juan II por la defensa de la ciudad frente al infante Don Enrique, rey de Navarra, el 8 de octubre de 1444. Como reflejan los Anales de Ortiz de Zúñiga:
“Queriendo sublimar, e honrar, e intitular por título muy glorioso esa dicha ciudad, quiero, e mando, es mi merced, e voluntad, que de aquí adelante esa dicha ciudad allende, e demás del título que tiene de ser llamada Muy Noble, sea eso mismo llamada Muy Leal«.
De esta época procede el ceremonial del ayuntamiento con los ballesteros de maza.
Muy Heroica: concedido por el rey Fernando VII el 13 de octubre de 1817 por resistir en la Guerra de la Independencia. Habría que resaltar que fue una petición del cabildo municipal y que el papel de la ciudad ante la invasión francesa es dual: abandono de las autoridades y levantamiento del pueblo. Es muy poco conocido que los sevillanos se levantaron 24 días después que los madrileños, el 26 de mayo de 1808.
Invicta: concedido por la reina Isabel II el 2 de agosto de 1843 por la lucha de la población frente al bombardeo del Regente Espartero.
Mariana: concedido por Franco y aprobado en pleno municipal el 22 de noviembre de 1946. Fue una idea de Antonio Filpo Rojas cuando el 10 de junio de 1945 en la misa de homenaje que le dieron por cumplir 25 años de hermano de San Bernardo, propuso que se añadiera ese título como reconocimiento formal de la especial vinculación de la ciudad con la Virgen María.
Cinco títulos de Sevilla, 5 títulos tiene Sevilla. 5, como aquellos versos latinos que coronaban la Puerta de Jerez. Si pasan por la Avenida de la Constitución y se paran en la esquina de la calle Maese Rodrigo, alcen la vista y verán una lápida con esos versos en castellano que son un compendio de la Historia de Sevilla:
“Hércules me edificó,
Julio César me cercó
de muros y torres altas,
y el rey santo me ganó
con Garci Pérez de Vargas.”