Preparación
De todas formas, cuando a final de abril se comenzó a plantear si se mantenía la tradición de la cesta, que este año cumple 12 años, se decidió que “no se podía quitar a la gente parte del paisaje de la carretera, como es nuestra cesta, y decidimos no solo tirar ‘palante’, sino que le meteríamos un apartamento en el campo de golf de Sanlúcar de Barrameda, con lo que pasamos de 500.000 a 600.000 euros en premio”.
La lista de objetos que se sortean es interminable. Y todo en la antigua Venta de la Calera (donde existía una cantera de Cal), que era uno de los puntos situados en el camino de Sevilla a Cádiz, en el que los transportistas de la época, los operarios que construían la actual carretera nacional IV, y los agricultores de la zona, realizaban una parada para descansar, dar de beber y comer a los animales, o para repostar a los primeros camiones y automóviles que se empezaban a ver por la zona.
A partir de 1960 con la llegada definitiva del automóvil y con la carretera ya en perfecto estado, la antigua Venta la Calera pasa a ser Mesón el Paisano.
Los mayores cuentan la llegada del Seat 600, las excursiones domingueras a las playas de Cádiz, los primeros autobuses, los grandes coches de las cuadrillas de toreros, y por supuesto, los camiones.