Fermín Cabanillas. La Iglesia de San Juan de Marchena es un templo consagrado a San Juan Bautista. Es monumento Histórico Artístico y posee obras de gran interés por lo que fue declarado como Monumento Bien de Interés Cultural el 3 de junio de 1931.
Su construcción se desarrolla durante el siglo XV. En 1490 ya se habían terminado la nave central y las dos laterales. Posteriormente, en el siglo XVI se amplía a cinco naves. Su estilo gótico-mudéjar y fue construida a dos aguas con el exterior de tejas y el interior de artesonado mudéjar.
La Sacristía original de la iglesia, de planta rectangular, es ampliada en el primer tercio del siglo XVII y es la propia Parroquia la que en 1634 realiza el encargo de nueve lienzos, para la decoración de dicha Sacristía, al pintor extremeño Francisco de Zurbarán, coincidiendo con su estancia en Sevilla realizando unos trabajos para la capital hispalense.
Es por tanto, la ubicación de una de las joyas que posee esta Iglesia. Nos referimos al Museo de Zurbarán.
La colección fue entregada en 1637 y está compuesta por nueve cuadros: Crucificado, Inmaculada, San Juan Bautista y medio Apostolado (San Pedro, San Andrés, San Bartolomé, San Pablo, Santiago el Mayor y San Juan Evangelista), posee un marcado tenebrismo y constituye una de las series pictóricas barrocas en las que más destaca la mano del artista de Fuente de Cantos, especialmente en la Inmaculada, el Crucificado y San Bartolomé.
La primera atrae el interés de especialistas por su singularidad y movimiento, así como el paisaje místico-simbólico del fondo. El Crucificado resalta por su estudio de la luz del eclipse que hace destacar la figura de Cristo sobre el fondo negro del lienzo así como el minucioso trabajo del blanco paño de pureza.
San Bartolomé destaca por los pliegues , textura y caída de las telas. Todas estas son razones por las que han participado en exposiciones nacionales e internacionales tales como las de Nueva York, Paris y Madrid entre otros.