26 noviembre 2024
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Cómo ser una tienda de barrio y dominar internet

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Carmen González. A sus directos realizados por la red social de Facebook se han llegado a conectar hasta 45.000 personas, la mayoría mujeres de distintos puntos de España. Modas Pepi, hoy a cargo de Sandra Sánchez, ha revolucionado la forma de vender ropa de mujer desde uno de los barrios más humildes de Arahal que ella reclama como esencia de su éxito. Hace año y medio se lió la manta a la cabeza y decidió hablarles de tú a sus clientas, contándoles de una manera sencilla y natural las novedades que cada día llegaban a su tienda.

Los lunes, miércoles y viernes son días especiales en Modas Pepi porque miles de clientas esperan que Sandra les muestre la última moda mujer. Con un lenguaje cargado de desparpajo, de anécdotas de su día a día, Sandra saluda con un ¡hola chicas! y se abre un  diálogo vía internet en el que hay de todo, risas, preguntas, piropos, reservas y mucho sentido del humor, dejando claro siempre que todo es “monísimo”.

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Aprendió jugando

Y todo lo hace desde uno de los rincones de su tienda, un bajo comercial del bloque 11 de la barriada Francisco de Quevedo, un barrio humilde donde se ha criado entre camisetas, sábanas, vestidos, medias y todo lo que comenzó a vender Pepi Jiménez, su madre, en 1985. “Me venía a jugar con mis amigas y desde aquí lo he hecho todo, salía para dar catequesis, al colegio”. Ahora lo hacen sus dos hijos pero con la ayuda incalculable del abuelo.

Para los directos ya disponen de un trípode. Antes, su madre, aguantaba el teléfono móvil mientras ella lo hacia “y le dolían los dedos de estar tanto tiempo”, cuenta Sandra. Ahora es Pepi la que le lee los mensajes que van dejando en su muro mientras su hija presenta una a una las prendas que, por la mañana, ha traído de Sevilla, hasta donde va a diario para hacer la carga.

“Tenía un todoterreno y venía tan lleno que temía que me parara la Guardia Civil, así que tuve que comprar una furgoneta”, dice. El día que la estrenó se lo contó a todas sus seguidoras al igual que ha ido relatando cómo se desarrollaba una obra que ha realizado en su casa o los preparativos de la Primera Comunión de su hijo, todo con la naturalidad que requiere estar en todo momento entre familia.

Sandra Sánchez en su tienda Modas Pepi en Arahal.

400 pedidos por whastapp

Empezó a hacer los directos casi de casualidad y en su propio perfil, pero en una semana tenía tantas solicitudes de amistad que llegó al tope marcado por Facebook y tuvo que abrirse una página. Esta fue la primera barrera que tiró par descubrir las posibilidades de internet que está poniendo el mundo en sus manos. Le han llegado hasta 400 mensajes de whastapp diarios realizando pedidos, hasta el punto de que ha tenido que contratar a tres jóvenes para sacar adelante el trabajo.

Y sus clientas no sólo llegan de Arahal sino de diferentes puntos de la geografía española. Precisamente esta semana viene a conocerla, y de paso a comprar ropa, Rosario de Nicasen (Valencia) que está de vacaciones en Andalucía y hará noche en Arahal sólo para visitar la tienda que ha visto en los directos realizados por Sandra.

Pero no es la única. Por Instagram, otra de las redes que ha comenzado a frecuentar no hace mucho, le ha llegado un mensaje desde Ibiza, otra prueba de hasta donde llega lo que ella ya considera “mi familia”. Tamara, desde Ibiza, envió un mensaje en el que asegura que «me tenéis enganchada, no me pasa desde Pasión de Gavilanes, me encanta la ilusión que le pones y, por supuesto, la de tu madre». Y así llegan cada día desde todas las provincias andaluzas y distintos puntos de España, además de toda la comarca.

“No quiero abrir otra tienda ni irme de mi barrio”

Y es que Sandra, a sus 37 años, no es todavía consciente de que su techo será ella misma quien lo ponga. “No quiero abrir otra tienda ni irme de mi barrio”, asegura, aunque invertirá este año en algo de marketing y ya ha abierto su página web,aquí se siente en su casa. Eso sí, es perseverante y está siempre dispuesta a poner en práctica todo lo que se le ocurre por descabellado que sea. Su madre la mira con admiración porque Sandra pertenece a una generación valiente. “No necesito que nadie me lleve en coche a los almacenes, mi madre dependía de mi padre; ahora solo tenemos que montarnos y para Sevilla, somos más independientes”, asiente.

Pero insiste en que sin su madre, los directos no serían lo mismo. Pepi le allanó el camino, pero ella busco nuevas técnicas de venta y fue capaz de ponerse delante de una cámara para contar que la moda puede llegar a todos los rincones, de manera natural. En la tienda se forman colas de mujeres esperando poder entrar para ver lo último que ha traído, porque si has visto en los directos una prenda que te gusta, a la mínima que tardes, no estará.

Sobre todo si la colección pertenece a los especiales que ella misma monta. El último para Navidad. Cargó la tienda de regalos, incluso para hombres, y elaboró sus propias cestas para poder mostrar en directo cuántas posibilidades de regalos podían hacer sus clientas. “Me puse tacones y me arreglé y así hice el directo” en el que participaron tres clientas dispuestas a ser las modelos de Modas Pepi. “Por la calle la gente las felicitaba”.

Un día de Reyes celebrado en familia

Y para antes del día de Reyes Magos organizó una fiesta en la plazoleta que hay junto a la tienda. “Me fui a Sevilla, cargué la furgoneta de regalos y chucherías para los niños, me traje al grupo De Lunares y lo pasamos en grande”, cuenta ilusionada por el apoyo de sus clientas que trajeron empanadillas, roscos y colaboraron en esta cita donde, lo de menos, era la moda.

En el confinamiento, durante los dos meses de cierre, un día se le ocurrió hacer un directo desde su casa “para saludar a las clientas” y se conectaron por miles. “Ese día hasta me hicieron llorar porque me dio mucha alegría verlas y hablar con ellas”, explica. Dos días antes del cierre había cargado la tienda de cara a la celebración de Semana Santa y se quedó con toda la colección parada, como le ha pasado a todas las demás tiendas.

Ella abrió una semana después de que las autoridades lo permitieran, durante ese tiempo había realizado unos arreglos en la tienda, pero todo lo vendió en pocos días y así sin parar desde entonces.

Es miércoles. Sandra prepara un nuevo directo. Bebe un poco de agua y está lista para contar a sus clientas cómo ha ido su día y cuántas novedades podrán ponerse para el fin de semana. Ropa estilo casual y a buen precio, que ella misma lleva y muestra. Moda de barrio que ha llegado a muchos puntos de España.

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