Fermín Cabanillas. Si es verdad que Dios aprieta, pero no ahoga, apretar sería el confinamiento y no ahogar internet y las redes sociales. Cristina Malmagro (Pilas -Sevilla, 1989) es uno de los muchos ejemplos de que la situación actual tiene muchas vertientes, y que, en ocasiones, se trata de paciencia y reinvención para salir adelante.
El año 2019 comenzaba a despedirse cuando Cristina abrió el negocio que siempre había querido tener: una tienda de moda. “Desde muy jovencita ya empecé a relacionarme con el mundo de la moda, y con tan sólo 21 años ya tenía mi propia tienda. Poco a poco me fui metiendo en este mundo, y la cosa para mi no fue fácil. Tuve que dejar mis sueños y volver a trabajar en otros sectores”.
Sin embargo, «en diciembre de 2019 le eché ganas y me decidí a volver a retomar ese sueño, el de poder ser una empresaria de moda, que es lo que me fascina”. De esta forma, “con muchas ganas e ilusión abrí mi propia tienda de moda, Muymia Vogue, en un pueblo lleno de vida, alegría y gente maravillosa”, como define a Pilas.
La noche de la apertura ya se auguraba que sería un éxito, pero solo tres meses después llegó el mazazo para ella: tenía que cerrar, como todas las tiendas del país no esenciales, por el confinamiento y estado de alarma decretados el 13 de marzo.
“La pandemia para mi negocio fue un antes y un después, pero mientras estábamos en casa confinados mi cabeza no paraba de dar vueltas y vueltas. Pensaba en cómo poder dar un salto en este mundo y ahí llego la maravillosa idea de crear mi página web y poder conectar con todo mi publico y no solo físicamente si no también online”.
El camino no ha sido fácil, ni los resultados inmediatos, pero el éxito ha llegado. “Ha sido mucho trabajo, sacrificio y ganas, y en tan solo siete meses puedo decir que estoy súper orgullosa de todo el trabajo que realizamos día día y del resultado que estamos teniendo”.
Con el país confinado, Cristina sacó adelante su web y pudo convertirse en un referente. “He contado con todo el apoyo de mi pueblo para la tienda física, y el de muchas personalidades y artistas apoyando mi venta online, haciendo de ella todo un éxito”.
Como ella, muchos empresarios han tirado de tiendas online, reparto a domicilio o salida de sus cuatro paredes de alguna forma. El confinamiento no pudo con sus ganas, por mucho que la economía caía en picado, y la “moda” de acudir a internet fue su salvación.