Virginia López. Una casa especial de Sevilla y dos nombres escritos con letras de oro en la cultura que exhalan sus muros. El cardenal Wiseman nació en Sevilla en 1802. El coleccionista Mariano Bellver murió en nuestra ciudad en 2018.
Las trayectorias de estos preclaros hombres convergen en la llamada Casa Fabiola donde nació Wiseman y donde podemos contemplar la Colección Bellver. Ayer reabrió sus puertas.
Puede decirse que Nicolás Wiseman era inglés de pura cepa. Sus padres, el padre era comerciante y cónsul en Sevilla, lo fueron y él permaneció gran parte de su vida en Inglaterra. Su nacimiento en Sevilla fue prácticamente accidental – a los tres años se marcha con la madre tras quedar huérfano – pero su fama en la ciudad ha perdurado desde entonces. No obstante, su catolicismo entronca mucho más con nuestra ciudad que con el país inglés, sin duda.
Es un personaje muy interesante porque al restablecerse oficialmente la jerarquía católica en Gran Bretaña en 1850, él se convierte en el primer Cardenal de la diócesis de Westminster.
Su vertiente erudita le llevó a estudiar manuscritos del Vaticano y el Papa León XII le nombró Profesor de lenguas orientales. Pronunció diversas conferencias a ingleses residentes en Roma, que cimentaron su fama. Sin proponérselo realmente, sus prédicas fueron el germen de la conversión de John Henry Newman, canonizado precisamente el 13 de octubre del pasado año.
Participó en la proclamación del Dogma de la Inmaculada en el año 1854 lo que le vincula, aun indirectamente, con Sevilla, ciudad inmaculista por excelencia; no en vano, fue la primera en el orbe católico en defender que la Virgen María fue concebida sin pecado original.
Pero por lo que realmente es conocido Wiseman es por su novela Fabiola. Ambientada en la época de las persecuciones cristianas por el emperador Diocleciano, tuvo mucho éxito, aunque hoy no se lee. El que solo haya una película italiana de 1949 y sean mucho más conocidas las versiones hollywoodienses de Ben Hur y Quo Vadis, también contribuye a eso.
El ayuntamiento quiso honrarlo en 1868 pero ese apellido tan raro apenas era pronunciado por los sevillanos, así que opto por que la calle fuese rotulada como la protagonista de la novela.
Y por asociación a la casa natal se le empezó a llamar Casa Fabiola, nombre que se ha institucionalizado con la Colección Bellver que acoge. En esa misma casa – en el entonces número 19 de la calle Cruces – se alojó Lord Byron durante su estancia en 1809.
Mariano Bellver Utrera nació en Bilbao y desde los doce años residió en nuestra ciudad. Es nieto de Ricardo Bellver, miembro de una saga de escultores y autor de las imágenes de la Portada de la Asunción de nuestra catedral.
Su deseo de donar a la ciudad su colección, una de las más importantes de pintura costumbrista andaluza, colocó a este trabajador infatigable y amante del arte, en la actualidad más mediática pero generaciones de sevillanos y sevillanas que han pasado por las aulas del Colegio San Juan Bosco, del que era propietario, dan fe de ello.
De milagrosa podemos considerar la inauguración de la Colección Bellver. Sevilla perdió estúpidamente la Colección Carmen Thyssen y a punto estuvo de irse al traste esta donación. Los desmanes de políticos de todos los colores lo permitieron.
Además de agradecerle a Bellver la donación, no podemos pasar por alto su infinita paciencia desde que en 2010 la hiciera pública, acompañada de la petición de dar el visto bueno a su emplazamiento, ¡qué menos! Lo contrario hubiera sido una colección apolillada y enmohecida como los mosaicos romanos abandonados en un almacén de Marqués de Paradas o los objetos arqueológicos del Garaje Laverán que corren la misma mala suerte.
Recuerdo que yo misma pensaba aprensivamente que se nos iba este bienhechor debido a su avanzada edad y no solo la pérdida cultural, sino el agravio que hubiera supuesto. ¡Para un mecenazgo privado que tenemos en Sevilla! A lo que se añade esa sensación de triste impotencia que nos acompaña en ocasiones cuando la desidia administrativa y social campan a sus anchas por Sevilla, lo que ocurre en demasía.
Hay que reconocer que la elección de la Casa Fabiola fue acertadísima. Respiramos aliviados cuando vimos a Don Mariano en la inauguración, justo el 11 de octubre de 2018 – falleció el 23 de noviembre –, y nos exasperamos al saber que las termitas y un aire acondicionado estropeado impedían su apertura tras el confinamiento.
Cuando el pesimismo nos hacía pensar en un largo e indefinible cierre, nos topamos con la grata noticia de su reapertura.
El apellido inglés Wiseman significa “hombre sabio” y el apellido catalán Bellver deriva del latín “bellumvidere” que es “bella vista”. La generosidad, la sapiencia, la belleza y la cultura unidas en un enclave único en Sevilla.
No se pierdan la casa, sus obras de arte y aprovechen para leer un libro, en este cálido puente de octubre.