J.A. de Mora. Nos atiende amablemente en su consulta de la Clínica HLA Santa Isabel y tenemos la oportunidad de hablar con el doctor Carlos Rossell Martí sobre el cáncer de colon, ámbito en el que trabaja cada jornada.
Se aproxima el 31 de marzo, que es el día internacional del cáncer de colon, una patología bastante común sobre la que reconoce Rossell que se han producido importantes avances en los últimos años.
Nuestro entrevistado es un jóven profesional sevillano que transmite seguridad y solvencia en sus respuestas, así como la confianza que inspira un médico que parece que sabe lo que tiene entre manos. Y entre manos tiene nada menos que la salud de personas en un aspecto tan crítico como el aparato digestivo.
Esa seguridad la extiende a su equipo de colaboradores, al que tenemos oportunidad de conocer en las sofisticadas salas de la Clínica Santa Isabel donde se hacen colonoscopias, endoscopias y otras pruebas diagnósticas.
En este sentido afirma que no es que precisamente en general tratemos con la suficiente delicadeza al aparato digestivo, sino todo lo contrario. De ello se derivan diversas patologías y trastornos, con distintos niveles de gravedad. ‘Son muy comunes las malas digestiones a causa del ritmo de vida y la alimentación que tenemos. Este es origen de diversas patologías’.
Tranquiliza al resaltar el importante nivel tecnológico alcanzado en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos digestivos en general, incluso en el que destacamos en esta charla con motivo del referido día internacional.
Hablando del cáncer de colon, Carlos Rossell nos dice que, evidentemente, es una patología cancerígena que se da con relativa frecuencia, pero en esa lucha permanente con los índices de mortalidad, destaca que ‘tiene tratamiento, es de los cánceres más estudiados, y de los que tiene más opciones diagnósticas y terapéuticas‘.
Añade el doctor que el tumor de estas características cada vez es más frecuente porque se va a buscar más, activamente. El escenario actual hace que esa mortalidad vaya disminuyendo al hacerse más pruebas en personas sanas y conseguir de esta forma un control que permite anticiparse a una evolución negativa de la enfermedad.
Hay que admitir, añade, que los casos suben por el envejecimiento de la población y también por esa búsqueda a través de cribados. Pero esta consolidación de los cribados va a permitir esa reducción de la mortalidad.
-¿Cual es la probabilidad de padecer este tipo de cáncer? -preguntamos-
–Está bastante claro que el cáncer de colon tiene unos factores de riesgo bastante identificados. Por ejemplo, el consumo de carne roja, comida de carne procesada y, sobre todo, como muchos otros canceres, el tabaco, el alcohol, y el estilo de vida en cuanto a la obesidad.
–Con la edad también aumenta el riesgo, por eso estamos empezando ya a los cincuenta años a hacer pruebas de diagnóstico precoz, al menos con el sistema de cribado.
–A parte están las alteraciones genéticas, las mutaciones genéticas, que son las que suelen provocar que haya cáncer de colon en las personas más jóvenes. Por eso cuando se da un caso en persona joven hay que hacer un estudio familiar de antecedentes, para hacer un seguimiento más exhaustivo a través de la colonoscopia.
-¿Por tanto al cumplir los cincuenta años uno debería plantearse hacerse alguna prueba?
-El sistema de salud, tanto público como privado, ha empezado a hacer cribados con idea de llegar a esa edad. Pero ahora mismo no tiene capacidad de cribar a todos los mayores de cincuenta, con lo que se está descendiendo, desde arriba, por tramos de cinco años. El proceso es parecido al que se sigue con los cribados en la mujer por cáncer de mama.
–A las personas que se brindan se les facilita un kit para realizar una prueba de sangre oculta en las heces, que si fuese positiva pasaría a una entrevista en el centro de salud con una enfermera, y en función de ciertos items podría pasar a una colonoscopia. Si es mayor de 50 años directamente va a esta última.
-Puede haber muchas otras circunstancias que den el positivo en el test referido, por eso no todas van a colonoscopia. En estos casos cada dos años se recomienda hacer una nueva prueba.
-Al hilo de lo anterior, ¿Con qué frecuencia los positivos del test terminan constatándose como cáncer a través de la colonoscopia?
–Aproximadamente de diez muestras de sangre oculta en heces entre cuatro y cinco personas no tendrían nada, entre dos y tres puede que tengan pólipos, y una o dos podrían tener un cáncer de colon.
-Supongamos que en este proceso se constata la existencia de un cáncer, ¿en qué grados pueden aparecer? ¿Cómo se procede?
–El objetivo es hacer la colonoscopia para anticiparnos, para prevenir y sobre todo encontrar pólipos, que es el estadio anterior al cáncer. En esta intervención se resecan los pólipos o se quitan. De esta forma se reduce casi al mínimo la posibilidad de tener un cáncer.
–Cuando se detecta algo más anormal se inicia un protocolo para conocer el estadio de la afección, a través de otras pruebas complementarias, y determinar el tratamiento -cirujia, radioterapia, quimioterapia, o una combinación- en función a ese estadio. La mayor parte de los escenarios son pre-cancerígenos, de modo que quitando los pólipos suele curarse la enfermedad. La anticipación es fundamental, y por lo indicado, mediante la colonoscopia se quitan canceres en estadios iniciales.
–Cada vez son más los pacientes que al detectarse precozmente los cánceres de colon, aunque sean ya de forma invasora, pueden operarse y no tienen más problemas. Se curan con una operación con laparoscopia incluso, y luego pueden llevar una vida normal.
-¿Se ha avanzado mucho en el plano tecnológico en los últimos años?
-Si, sobre todo en la técnica de la colonoscopia. El nivel y la capacidad terapéutica ha crecido de forma extraordinaria. La capacitación de los especialistas en esta técnica, su entrenamiento, es esencial; y los aparatos se han ido sofisticando cada vez más. La esperanza de vida ha subido notablemente gracias a estos avances.
-¿Qué posibilidades, una vez curado, se tienen de poder volver a contraer la enfermedad?
-Eso depende de cada persona y del estadio de la enfermedad. No es lo mismo una persona que se le quite un pólipo que estaba localizado, sin antecedentes ni alteraciones genéticas. Esta puede tener el mismo riesgo que una persona que no lo haya padecido. No es lo mismo que una persona que tenga enfermedades que supongan predisposición al cáncer.
Médico vocacional
Le preguntamos al doctor por sus apellidos, claramente de fuera. Nos dice que son de Menorca, en la línea paterna, pero llevan varias generaciones en Sevilla, desde de su bisuabuelo. El ascendente materno si es más próximo valenciano.
Carlos Rossell, que cursó en la Facultad de Medicina sevillana, tenía bastante claro mucho antes lo que iba a estudiar en la universidad. Fue así desde tercero o cuarto de ESO. Su padre padeció bastante del corazón, a causa del tabaco y también de haber tenido unas fiebres reumáticas de pequeño. Hubo que operarle a corazón abierto cuando nuestro protagonista tenía quince o dieciséis años, y esa experiencia, siendo buen estudiante, lo encaminó a la medicina.
La razón de su elección por la especialidad de Aparato Digestivo es que era una disciplina muy amplia. La mayor tras medicina interna, que aborda numerosos órganos. Además la parte de intervención a través de la endoscopia la llamaba bastante la atención. Nos dice que ‘ya cuando uno se mete a trabajar a cada uno le parece la suya la especialidad más bonita, pero a mi es que me encanta‘.
Tiene claro Rossell que ser un buen médico supone implicarse con los pacientes y buscar tiempo para actualizar sus conocimientos y poder de esta forma aplicarlos a aquellos.
Sobre la experiencia que está viviendo con el covid-19 nos indica que no ha tenido que estar en primera primera línea, pero es verdad que su actividad se ha visto condicionada. En la primera hora se paró la actividad. Ya más tarde la atención a los enfermos ha requerido de utilizar protecciones severas -EPIS completos-. Las características de riesgo de las endoscopias, cuya práctica es generadora de aerosoles, lo hacen imprescindible. También en las colonoscopias hay riesgos para el médico que exigen especiales medidas protectoras.
Carlos Rossell es optimista. Nos dice que la tecnología avanza rápidamente. En el ámbito de la endoscopia avanzada la innovación procede de Japón, y se están difuminando los límites entre la cirugía y la atención de los especialistas en aparato digestivo. Cada vez la endoscopia llega más lejos, se amplia su capacidad diagnóstica y su uso terapéutico. Esto permite cada vez más afrontar los cánceres de colón con expectativas de sanación.