Redacción. La jefa de orientación del Colegio CEU San Pablo Sevilla, Auxiliadora Suárez, ha señalado que el diagnóstico de la dislexia a edades tempranas «es fundamental para ayudar a quien lo padece a superar las dificultades que pueden ir surgiendo en su proceso de aprendizaje«, por lo que «el papel del colegio, y más concretamente de profesores, tutores y orientadores, se hace imprescindible para realizar una intervención adecuada y evitar el fracaso escolar».
Con motivo del día internacional de la dislexia, –que se celebra el 8 de octubre para visibilizar este trastorno que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta al 10 por ciento de la sociedad– que este trastorno «dificulta el aprendizaje de la lecto-escritura».
A este respecto, ha apuntado que «no es debido a un déficit en el cociente intelectual, ni a problemas visuales o auditivos, sino que parece tener como origen una alteración del neurodesarrollo«. «Los primeros síntomas suelen aparecer en edades tempranas, intervalo de tiempo en el que se desarrolla el proceso lectoescritor, «siendo la problemática más habitual aquella relacionada con de palabras desconocidas, la alteración del orden de las letras en la escritura o la falta de atención y concentración», ha resaltado.
Así, ha indicado que «detectarlo a tiempo permite evitar la frustración que puede ocasionar en el niño no alcanzar los objetivos establecidos, así como la falta de motivación y las consecuencias emocionales que suele ocasionar una dislexia no diagnosticada», detallando que «si ese diagnóstico no llega, se puede pensar que el niño es menos inteligente que el resto de sus compañeros, cuando en realidad lo habitual es que posean un coeficiente intelectual normal o alto».
Tipos de dislexia
Para abordar el trastorno de forma adecuada «es importante» diferenciar los cinco grados de dislexia que existen. El primer tipo, la dislexia adquirida, aparece en la edad adulta como consecuencia de lesiones cerebrales, mientras que la evolutiva tiene un origen neurobiológico.
Por su parte, las personas que sufren dislexia fonológica tienen lesionada la ruta fonológica, por lo que leen por la ruta léxica, lo que los lleva a cometer más errores en palabras no familiares y pseudopalabras, al contrario que con la dislexia de superficie, en la que la ruta que se encuentra afectada es la léxica, lo que lleva a presentar lentitud y errores en palabras familiares y altera la fluidez lectora. Por último, con la dislexia mixta se presentan los errores característicos de los subtipos comentados, y además, el error semántico.
Como consecuencia de las dificultades de padecer una dislexia, los menores tienden a desinteresarse por las tareas o actividades en el colegio, llegando incluso a negarse a hacerlas o a no querer acudir al centro.
Para evitar este extremo, Suárez ha remarcado que desde el Colegio CEU San Pablo Sevilla se pone en marcha un protocolo en caso de detectar alguna necesidad entre el alumnado. En primer lugar, el tutor o profesor que lo localiza se reúne con el resto del equipo docente y se cumplimenta la correspondiente hoja de demanda en función de la dificultad observada, que deberá entregarse al departamento de Orientación, que pasará a valorarlo y a transmitir su evaluación del caso al tutor, directora, jefe de Estudios de la etapa a la que pertenezca el alumno y al claustro de profesores.
Entrevista con la familia
Ha precisado que, tras este paso, «se realiza una entrevista con la familia para informar de la situación» y a continuación, «se deriva a un profesional externo con el que se trabaja de forma coordinada a partir de ese momento por parte del centro». Después de una primera valoración por parte de este profesional externo, ha remarcado que «se vuelve a reunir a todo el equipo y se procede a realizar el Plan de Intervención Individualizado que se ajuste a las características del alumno».
La jefa de orientación del centro ha reseñado que «se debe conocer también los puntos fuertes del niño y potenciarlos», ya que también pueden padecer problemas emocionales y de autoestima». «Para mí es fundamental que haya un equilibrio emocional, social y personal para que la parte académica pueda brillar», ha concluido.