20 noviembre 2024
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‘La Máquina Española’, una revisión del impacto de la galería sevillana en el arte español

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Redacción. La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, ha inaugurado esta mañana en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) la exposición “La Máquina Española” que recoge 40 de las 47 obras que componen la donación realizada al CAAC por el galerista y fundador de la galería sevillana, Pepe Cobo. La muestra, abierta desde el 29 de octubre de 2021 hasta el 20 de marzo de 2022, está comisariada por Laura Revuelta.

La consejera Patricia del Pozo ha recalcado que “esta exposición alumbra un momento fundamental del arte español contemporáneo: la apertura en 1984 de la galería La Máquina Española en Sevilla, fundamental para el desarrollo artístico de los años ochenta y noventa en Andalucía y su conexión con el contexto artístico nacional e internacional”.

Prodetur Diputación de Sevilla

Patricia del Pozo ha agradecido la donación realizada por Pepe Cobo al CAAC, calificándola de “hecho excepcional”, ya que ha permitido “el ingreso en las colecciones públicas de Andalucía de una simbólica e importante producción de artistas como Rafael Agredano, Patricio Cabrera, Ricardo Cadenas, Pepe Espaliú, Federico Guzmán, Guillermo Paneque y Antonio Sosa”.

Así, “La Máquina Española” pone el foco en la denominada ‘Generación de los 80’, agrupada en torno a la revista ‘Figura’ (1983-1986), órgano de expresión y plataforma de aquellos jóvenes pintores agrupados en Sevilla y en su mayoría estudiantes en la Facultad de Bellas Artes. Las cuarenta obras reunidas son principalmente pictóricas y escultóricas.

La exposición, a través de una selección de documentos de archivo (fotografías, noticias de prensa, invitaciones, folletos, catálogos, etcétera), incide en el recorrido de la galería sevillana desde 1984 (en sus sedes de las calles Pastor y Landero y San Fernando) hasta 1988, cuando abre sede en Madrid, y hace una revisión de la revolución que supuso en el arte español de finales del siglo XX.

El galerista Pepe Cobo tomó prestado el nombre de una sátira de Quevedo en un intento real y contundente de remover el adormecido ambiente artístico sevillano de la época. “En aquel arranque de la década de los 80, la capital hispalense necesitaba un golpe de efecto, una sacudida, un terremoto en toda regla para poner los cánones más clásicos y vetustos patas arriba. He aquí, un grupo de jóvenes artistas que se pusieron el mundo por montera y el de otro joven, pero de corte conservador, un señorito como Dios manda, al que le gustaba romper moldes, reírse, como Quevedo, de propios y extraños”, dice la comisaria Laura Revuelta.

Una nueva Galería de arte para Sevilla. Tres pintores y un marchante. Los tres pintores son Ricardo Cadenas, Gonzalo Puch y Patricio Cabrera. La apertura al público se ha hecho con la exposición de la obra de estos tres grandes artistas, sus óleos podrán ser contemplados hasta el próximo día 6 de diciembre, fecha en la que está prevista la clausura de esta primera exposición en La Máquina Española”, indicaba el texto de la nota de prensa de la primera muestra organizada en 1984 por la galería en su sede inicial de la calle Pastor y Landero, 22.

La galería La Máquina Española tuvo varias sedes en Sevilla. Desde 1984 hasta 1987 estuvo situada en la calle Pastor y Landero, y entre 1987 y 1988, en la calle San Fernando. En el año 1990, tras su traslado a Madrid, regresa a Sevilla a la plaza Cristo de Burgos hasta 1991, y volvió a reabrir en este espacio desde 1999 a 2001. La última galería que tuvo Pepe Cobo en Sevilla estuvo situada en la calle Cardenal Cisneros número 5, desde 2001 a 2004.

Sobre el galerista

Pepe Cobo inaugura en 1984, en Sevilla, la galería conocida como La Máquina Española, iniciando su trabajo con un núcleo de artistas asociados a la revista “Figura” (Guillermo Paneque, Federico Guzmán, Rafael Agredano y Pepe Espaliú, entre otros). La Máquina Española busca mirar hacia fuera y, dadas las características socio-económicas del momento (España y sus autonomías) aunar la idea del arte sin fronteras con una combinación de artistas andaluces y extranjeros de la más rabiosa contemporaneidad, además, asistiendo a las ferias de arte internacionales más relevantes del momento: Art Basel, Chicago, FIAC, ARCO, Los Ángeles y Colonia.

En 1988 traslada La Máquina Española a Madrid, que se inaugura en enero de ese año con una exposición de la artista norteamericana Cindy Sherman, y donde continúa desarrollando la línea de programación de su galería con artistas como Bernard Frieze, James Lee Byars o Jonathan Borofsky, al tiempo que crea y asesora importantes colecciones de arte contemporáneo.

Además de esto, en 1991, y junto a dos de los galeristas más importantes de la escena neoyorquina en el momento, John Weber y Brooke Alexander, abre en Madrid Weber, Alexander y Cobo, donde pudieron verse grandes proyectos expositivos –tanto por la importancia de sus artistas como por el espectacular espacio del que disponían– de artistas internacionales como Robert Mapplethorpe, James Rosenquist, John Baldessari, Jasper Johns, Sol Lewitt y Richard Tuttle entre otros.

En 1994 cierra todas las galerías en Madrid y vuelve a Sevilla, dedicándose en esta época a actividades artísticas de asesoramiento y consultoría y organizando el proyecto Hotel y Arte en Sevilla, que surge en 1997 y abarca hasta el año 2000. En 1999 vuelve a abrir de nuevo galería en Sevilla como Galería Pepe Cobo, continuando con la línea de trabajo que hasta entonces había seguido e incorporando nuevos artistas.

En 2005, la Galería Pepe Cobo se traslada a Madrid siguiendo la línea de trabajo iniciada con La Máquina Española y trabajando con artistas nacionales e internacionales de las últimas tendencias de arte contemporáneo mediante exposiciones y su participación en ferias de arte contemporáneo en todo el mundo: Art Basel, Art Basel Miami Beach, Frieze Art Fair, The Armory Show y ARCO.

2009 es el año del nuevo proyecto de Pepe Cobo: Cambio de aceite, un espacio artístico que fue antiguo taller de reparación de vehículos. Ajeno al tradicional cubo neutro galerístico de paredes blancas, este nuevo espacio mantiene sus características iniciales y estructurales con el objetivo de que suponga un acicate y un reto para los creadores contemporáneos.

Además, Pepe Cobo ha formado parte del comité asesor de la Feria de Arte Contemporáneo de Chicago, Arte Lisboa 2001 y también de ARCO Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid durante los años 2001-2003 y 2005-2008. Es asesor de importantes colecciones privadas y empresariales, como la Colección ACS, la Colección Bergé y la Colección MP, habiendo realizado también el asesoramiento de la instalación de obras específicamente diseñadas para Torre Espacio (OHL), en el año 2008-2009, así como el asesoramiento de la Colección HL1.

Abre su última Galería pepe cobo y cia en la capital de Perú, Lima, haciendo su primera exposición en 2013 con el título “Siluetas y retratos de mujer”, con artistas como Picasso, Picabia, Polke, Ruscha, Saura, Balkenhol, Sandra Gamarra o Pepe Espaliú. Actualmente, Pepe Cobo se dedica a la gestión, coordinación y asesoramiento de grandes proyectos, habiendo dejado el rol de galerista desde que cerrara su galería en Lima en 2016.

Asimismo, en 2020 y en 2021, realizó la coordinación y asesoramiento de la realización del cartel taurino de la Real Maestranza de Sevilla que llevaron a cabo los artistas Albert Oehlen (2020) y Julian Schnabel (2021).

Sobre los artistas

Guillermo Paneque (Sevilla, 1963)

Realiza su formación artística en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla. Director y fundador, junto a Rafael Agredano y José Espaliú, de la revista “Figura” en 1984. Es, a mediados de los años 80, cuando se da a conocer su obra dentro del panorama artístico andaluz, mediante la realización de cuadros de pequeño formato poblados de referencias y símbolos provenientes del ámbito religioso y del entorno cotidiano que el autor mezcla con un sentido lúdico y con caracteres eróticos que ponen de manifiesto un rechazo claro a la tradición artística andaluza. Su obra evoluciona hacia una síntesis formal y una depuración iconográfica en la línea del arte conceptual. Por otro lado, su temática se centra en acontecimientos sociales que son tratados con un lenguaje afín al mundo publicitario. En sus obras siempre hay un componente inconformista y provocador que desarrolla en series de pintura, escultura o instalaciones, como ocurre en sus series sobre Japón, los juegos de azar, etc. Ha protagonizado numerosas exposiciones individuales y participado en importantes colectivas, entre las que cabe destacar: “Aperto 86” en la Bienal de Venecia (1986), “España 87. Dynamiques et Interrogations” (1987) en el Musée d’Art Moderne de la Ville de París, “Naturalezas españolas. 1940-1987” (1987) en el Museo Centro de Arte Reina Sofía y “Pintores de Sevilla. 1952-1992” (1992) en el Real Monasterio de San Clemente de Sevilla.

Ricardo Cadenas (Sevilla, 1960)

Como pintor entra en el panorama sevillano de la mano de Paco Molina y forma parte de la galería La Máquina Española desde sus inicios junto a Patricio Cabrera o Rafael Agredano, entre otros. Realiza exposiciones tanto a nivel nacional como internacional desde 1985, siendo profesor de dibujo en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca desde 1987.Estudia Bellas Artes en la Universidad de Sevilla y, a partir de 1985, ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas, nacionales e internacionales. Entre las exposiciones individuales podemos destacar las celebradas en la galería La Máquina Española de Sevilla y Madrid, la T´Venster Gallery de Róterdam o la galería Buades de Madrid, también en la galería La Caja China de Sevilla o la galería Alfredo Viñas de Málaga. Su obra se encuentra en varias colecciones corporativas y museos de arte contemporáneo, como el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, la colección Caja Madrid o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Antonio Sosa (Coria del Río, Sevilla, 1952)

Antonio Sosa nace en Coria del Río en 1952 y reside en la vecina población sevillana de La Puebla. Su profunda vinculación vital y estable a estos lugares de la margen derecha del Guadalquivir es un primer elemento destacable para acercarse a su obra. Desde ahí, a través de su personal poética, alcanza un lenguaje de símbolos y signos universales. Creador solitario e independiente, adquiere gran prestigio como escultor en los 80 trabajando en la mítica galería La Máquina Española.

Posteriormente da un giro radical a su obra, abandonando la escultura como actividad central y lanzándose a una frenética producción sobre papel. Absorbido obsesivamente por el dibujo, reúne en poco tiempo, una gran colección. La búsqueda de las formas esenciales y simbólicas, son clave en estas obras. Ha participado desde 1981 en un centenar de exposiciones, así como en todas las ediciones de ARCO hasta 2011. Cabe destacar, la inclusión en 2007, de su obra en el importante compendio internacional: “Sculpture Today” editado por Phaidon en Londres. Su obra cuenta con una amplia representación en colecciones privadas e institucionales como la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Biblioteca Nacional, la Colección Banco de España, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, la colección El Monte, el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza o la Colección Fundación La Caixa.

Pepe Espaliú (Córdoba, 1955)

Pepe Espaliú nació en Córdoba en octubre de 1955. En 1974 se trasladó a Barcelona para estudiar en las Facultades de Filosofía y de Geografía e Historia. También asistió a las clases de la Escuela Massana y entró a formar parte de diversos colectivos artísticos de esa ciudad, desarrollando exposiciones y performances de temática conceptual. Más tarde se trasladó a París, donde bajo la influencia del movimiento Figuration libre, volvió a la práctica de la pintura. En 1983 se integró en el grupo que, desde Sevilla, editó la revista “Figura” (1983-1986), y a partir de la exposición colectiva “Sevilla: Ohne title” (Galería La Máquina Española, 1986), pasó a formar parte de los artistas de esta galería sevillana, dando comienzo una nueva y corta aventura en años, pero densa en resultados artísticos.

En 1986 volvió a Sevilla, donde inició un ciclo de pinturas con fuerte connotación simbólica (mediante imágenes de ojos, espinas, jeringuillas, cruces gamadas…), y colores oscuros. Dos años después se trasladó a Madrid y este cambio vino a coincidir con su abandono de la pintura, y su dedicación plena al dibujo, la obra sobre papel y la escultura. Aunque su temática estuvo siempre marcada por intensas referencias personales, como los discursos sobre la identidad y los conflictos con su naturaleza homosexual y un sentido sadomasoquista del placer, será a partir de este momento cuando estas percepciones y símbolos se manifiesten de forma más evidente e insistan obsesivamente sobre lo prohibido, lo velado y lo diferente. Así se aprecia en las series Glovemaking, Patrones, Máscaras y Santos, todas realizadas a lo largo de 1988. Las dos últimas iniciarán sus trabajos escultóricos.

En 1990, y mientras residía en Nueva York, tuvo conocimiento de que había contraído el SIDA. Intentando distanciarse de la enfermedad se desplazó a México, pero decidió volver a España e implicarse en la acción social a favor de estos enfermos. Es el momento de sus esculturas denominadas “Carrying”, las jaulas ensambladas y las diferentes variaciones realizadas con muletas, que cerrarán su ciclo creativo. En San Sebastián, e impartiendo un taller, ideó la acción “Carrying”, en la que era portado por dos personas por las calles. Esta acción adoptaba el modelo de escultura social propugnado en su día por Joseph Beuys al tiempo que evocaba la ayuda que los colectivos gay de Nueva York (ACT-UP) prestaban a los enfermos cuando salían del hospital. El 1 de diciembre de 1992 se repitió esta acción en Madrid, en un recorrido que iba desde el Congreso de los Diputados hasta la entrada del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, concitando un gran interés social y mediático. En el verano de 1993 se desplazó a Arnheim (Holanda) donde realizó la performance “El Nido” durante el festival Sonsbeek. Murió en Córdoba poco después, el 2 de noviembre de 1993.

Patricio Cabrera (Gines, Sevilla. 1958)

Estudió Bellas Artes en la Universidad de Sevilla y en 1988 se instaló en Nueva York gracias a una Beca Fulbright. Pertenece a esta generación de artistas sevillanos que exponían en los años 80 en la Galería La Máquina Española y que renovaron el panorama artístico desde diversas posiciones estilísticas y conceptuales, como Pepe Espaliú, Guillermo Paneque o Federico Guzmán. Sus primeros trabajos se centran en una pintura figurativa, con un estilo entre lo ornamental y lo decorativo de vertiente pop, que parte de un imaginario que encuentra en libros, revistas, cómics, reseñas de periódicos, fotografías o películas, además de sus propios viajes y vivencias personales. En las obras de las últimas décadas, Cabrera combina en sus pinturas motivos abstractos, como los arabescos, que envuelven, superponen o sirven de trama a los componentes figurativos de la escena, lo cual provoca en el observador un distanciamiento frente a lo real en imágenes enigmáticas y de fuerte carga simbólica, de colores violentos a la vez que armónicos.

Su obra ha estado presente en el panorama galerístico español desde que participó en la Bienal de Venecia de 1986 y en significativas muestras colectivas como “Espagne 87”, en el Musee d’art moderne de la Ville de Paris (París, 1987); la itinerante “Imágenes líricas. New Spanish Vision” (1990-1992), mostrada en diversos centros de Estados Unidos; “A través del dibujo”, en el Museo Reina Sofía (Madrid, 1995); o “Los excesos de la mente”, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Sevilla, 2002). En 2016 se le dedicó una importante retrospectiva en la Casa de la Provincia de Sevilla.

Federico Guzmán (Sevilla, 1964)

Realiza su formación artística en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. En sus primeras creaciones se aprecia la influencia de Duchamp. Son obras que se enmarcan dentro de la corriente del arte conceptual que domina el panorama estético de los años 70. En su obra construye un mundo personal y subjetivo que queda a la vista de todos, estableciéndose un juego entre lo propio y lo ajeno, siempre bajo el signo de una confrontación conceptual y social del arte.

Siempre ha concebido la práctica artística como un compromiso con su entorno. Sus estancias en Nueva York y Bogotá a finales de los 90 le llevaron a incidir en esta idea, tomando especial conciencia del arte como herramienta para cambiar la sociedad, y a entender la figura del artista y su trabajo como algo que no puede desligarse del contexto en el que vive. Durante más de siete años Federico Guzmán ha estado vinculado al Sahara, compartiendo experiencias con la gente oriunda de la zona.

Ha expuesto de manera individual en numerosas ocasiones y ha participado en importantes muestras colectivas, entre las que cabe destacar: “Ciudad invadida” (1985), en el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, “Andalucía, Puerta de Europa” (1986), en el Palacio de Congresos de Madrid, el “Aperto´88” de la Bienal de Venecia de 1988, “Metrópolis” (1991), en el Museo Martin Gropius-Bau (Berlín), Pabellón español de la Expo´92 de Sevilla,  “Sindiosnipatrianiley” (1999), en el Muelle de las Carabelas de Moguer (Huelva) o la exposición que en 2015 realizó para el Reina Sofía en el Palacio de Cristal del Retiro.

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