SBN. “Me he apuntado a la autoescuela”. Esta es una de las frases más repetidas en los últimos meses en los grupos de amigos de Sevilla. Algunos porque nunca decidieron sacar el carnet de conducir hasta ahora, otros porque aunque lo consiguieron, jamás le dieron uso y han perdido la práctica.
Lo cierto es que se ha vivido un auténtico boom en las autoescuelas sevillanas de personas de edad media (entre 35 y 50 años) que, debido a las dificultades que ha impuesto la pandemia para desplazarse por la ciudad en transporte público, han decidido poner su coche en marcha y tener mayor libertad de movimiento.
Así lo confirman desde una de las cinco llamadas a luchar por ser la mejor autoescuela de Sevilla. “Al aumento de inscritos habitual de cada año en los meses de septiembre y octubre se han unido en esta ocasión muchas personas que se han decidido a hacer un reciclaje de conducción”. La mayoría son mujeres de edades comprendidas entre los 35 y 45 años, que viven en el casco urbano y que, aunque tienen carnet, no se sienten cómodas ni con la confianza suficiente como para conducir.
Las matriculaciones aumentaron más de un 30%
A pesar de que la situación económica global no es la más adecuada, el número de nuevos alumnos de las autoescuelas de Sevilla ha crecido casi una tercera parte respecto a 2019. Al mismo tiempo, el uso del trasporte urbano, ya sea bus, metro, taxi o vehículos VTC, ha sufrido un desplome que ronda el 40%.
“Tener el carnet de conducir me dará mayores posibilidades para desplazarme, ademas de una libertad y comodidad extra”. Así lo afirma Daniel, un publicista de 47 años que dejó de conducir hace casi 20, cuando se mudó al centro de la ciudad, desde donde podía visitar a la mayoría de sus clientes andando o utilizando el metro.
En otra situación distinta se encuentra Paqui, ama de casa de 43 años y que nunca ha tenido permiso de circulación. “Nunca me interesé por sacar el carnet, ya que mi marido solía ser el que conducía y, cuando él no podía llevarme, usaba el autobús. Ahora, con esto del coronavirus no quiero depender de nadie ni verme obligada a entrar en ningún vehículo masificado”.
En muchos de estos casos no tardaremos en verles con su L verde y blanca (para desgracia de los sevillistas) circulando por las calles, aferrados con sus manos al volante, sin los vicios de los veteranos ni prisas por llegar a ningún lugar. Eso si, todos con la misma ilusión que quien aprobó con 18 años.