Redacción. El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la comisión ejecutiva de Urbanismo y Medio Ambiente, ha aprobado este martes la licitación de una primera actuación en las fachadas de la antigua iglesia de San Hermenegildo, en la Plaza de la Concordia, por un importe de 36.181 euros, como paso previo a la rehabilitación y adecuación del inmueble como equipamiento cultural.
El objetivo de esta actuación es ejecutar las obras necesarias de forma inmediata en el edificio de acuerdo con el estudio de patologías realizado recientemente que concluyó que no había problemas estructurales que dificultaran la reforma de la antigua iglesia para su recuperación, según informa en un comunicado.
En concreto, este estudio patológico fue encargado el pasado año por la Gerencia de Urbanismo a la empresa especialista Lambrum para conocer el estado actual del inmueble. Se han examinado todas las estructuras del edificio –muros, pilastras, forjados, cargaderos, vigas y cerchas–, así como las cubiertas, los cerramientos, los elementos ornamentales y la red de recogida de aguas pluviales y alcantarillado. Además, el informe ha aportado datos sobre elementos portantes, soluciones constructivas, materiales utilizados, características y estados de funcionamiento anómalos y, deterioros y patologías en general.
«El objetivo del gobierno es iniciar lo antes posible el procedimiento para la adecuación de la iglesia de San Hermenegildo como equipamiento cultural y un centro de referencia en el distrito Casco Antiguo. Esta obra que ahora acometemos es un primer paso inmediato mientras culminamos los trámites necesarios. Junto a la recuperación del edificio de la Gavidia, supondrá un revulsivo y un impulso para la zona y para todo el conjunto histórico», ha explicado el delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz.
Los trabajos han determinado que el edificio no presenta daños estructurales «de importancia» y que las «afecciones que requieren un tratamiento más urgente se encuentran en las fachadas». En este sentido, el contrato aprobado este martes se centra en el picado selectivo de morteros de cemento que presenten poca adherencia y posterior enfoscado de las zonas picadas, la demolición selectiva de los aplacados que presenten riesgos graves de desprendimiento, la sustitución de las redes de seguridad instaladas, el sellado de fisuras que estén comprometiendo la estanqueidad de las paredes y, «el atirantamiento de la fachada de la mansarda» mediante cables de acero colocados en el interior de la cubierta, añade.
