Redacción. Argentina volvió anoche al teatro municipal Pedro Pérez Fernández de Los Palacios y Villafranca, donde recibió en 2008 la Venencia flamenca al cante que según dijo, «me sirvió para seguir aprendiendo, estudiando, fue un gran impulso para llegar a ser lo que soy hoy», una de las voces más cualificadas del flamenco. Derrochó poderío con su voz, potente, dulce, limpia, acompasada siempre. Magnífica interpretación de las granaínas y medias granaínas acordándose de Chacón. Muy pocas cantaoras pueden poner la guitarra tan alta y que su voz llegue con tanta nitidez y fuerza para clavar los «quejíos» dramáticos de este cante.
El espectáculo de la cantarora onubense fue intenso, haciendo un largo recorrido por los diferentes palos del flamenco, muy pocas veces cantados en los festivales. Empezó por bulerías en homenaje a Lole y Manuel, y remató su actuación también por bulerías con la copla de Carlos Cano, María la Portuguesa. Más dulce que la mistela, sonaban las guajiras, los cantes de trilla y el romance y romance por bulerías, la mariana y los tangos del Piyayo, bulerías por soleá, los cantes abandolaos, destacando la rondeña y la jabera, serranas, alegrías y una selección de fandangos, con el público correando el estribillo de Alosno. Y es que Argentina se sentía a gusto en este conocido escenario, que tan buenos recuerdos le guardaba.
Estuvo acompañada por las exquisitas guitarras de José Quevedo Bolita y Eugenio Iglesias, y las palmas y jaleos de Los Mellis.
El periodista y escritor Álvaro Romero la presentaba diciendo que «Argentina, en la estela de otras grandes, inteligentes y preocupadas mujeres del cante –desde la Niña de los Peines a Carmen Linares- es sin duda una artista internacional, nominada en 2013 y 2015 a los Grammy Latinos, pero de esas que no olvida sus raíces, ni las suyas, ni las de su arte. Una artista que triunfa en países de media Europa y de media América, pero que llama al duende en Jerez y al ángel en las rías de su propia tierra. Una artista que no ha cesado en su labor investigadora, indagadora incluso de cantes en desuso, como volvió a demostrar en 2012 con aquel disco exquisito titulado «Un viaje por el cante» y que no en vano volvió a ganar el premio de la Crítica Flamenca al mejor Disco de Cante».
El Festival Flamenco de la Mistela termina esta noche 1 de junio, al aire libre con la actuación de Diego Carrasco y Carrasco Family en la popular Plaza de la Laguna del Mantillo, junto a la sede de la Tertulia Cultural El Pozo de las Penas, como epílogo de un Festival abierto a todos los públicos.
