C.P.G. «Como arzobispo me correspondió vivir, por la gracia de Dios, entre las calles y plazas de Sevilla. Ahora, ustedes me dedican una calle… yo les tenía una plaza muy grande en mi corazón”. Con estas emotivas palabras, el cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla, se ha dirigido a las autoridades políticas y eclesiales y al público general que han asistido al acto oficial de rotulación de una calle con su nombre en pleno centro de la capital. Su inclusión se aprobó en el pleno ordinario del pasado 28 de diciembre por unanimidad y desde este lunes ya se encuentra en el nomenclátor. Bajo el rótulo de la calle, se ha colocado una placa conmemorativa obra del imaginero José María Leal.
Se trata del tramo actual de la calle Placentines que discurre entre la Plaza Virgen de los Reyes y Alemanes, tras el acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento y el Palacio Arzobispal, pues se habían barajado otros emplazamientos, como la pequeña plaza ubicada entre la Cuesta del Rosario y la calle Jesús de las Tres Caídas y la avenida de Roma, junto a San Telmo, antiguo seminario y actual sede de la Junta de Andalucía.
Visiblemente emocionado, fray Carlos Amigo ha agradecido al alcalde y al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, esta distinción y “a todos aquellos que han mostrado interés en que haya una calle -¡y qué calle!- dedicada a mi persona”. Durante su alocución, el cardenal ha señalado que ha tenido a «sabios maestros en los pobres y necesitados, en las personas sin hogar, en los inmigrantes, en los enfermos y en las hermandades y cofradías”.
“Reconocimientos así se suelen conceder a personas que han dedicado esfuerzo, sacrificio y cariño a la ciudad una vez que ya no están aquí, pero, en ese caso, fray Carlos está con nosotros”, ha subrayado el alcalde de Sevilla, Juan Espadas. “Su arduo trabajo al frente de la Iglesia le hacen acreedor de esta distinción”, ha añadido.
Natural de Medina de Rioseco (Valladolid) e hijo adoptivo de Sevilla, Amigo Vallejo ejerció su arzobispado en la provincia desde mayo de 1982 hasta noviembre de 2009. Seis años antes, en octubre de 2003, fue nombrado cardenal de Sevilla. Una larga etapa al frente de la Iglesia en la que ordenó a 130 sacerdotes del clero regular, beatificó a Sor Ángela de la Cruz, restauró el Palacio Arzobispal, se organizó el Congreso Eucarístico Internacional (1993) y se levantaron muchas parroquias en los barrios periféricos de la ciudad. “Los sevillanos comprobaron todos esos años la sencilla cercanía de su pastor”, ha destacado el arzobispo hispalense, monseñor Asenjo Pelegrina.
Numerosos representantes del mundo de las hermandades han querido arropar a Carlos Amigo en un día tan especial para él, como el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Vélez; el exhermano mayor del Cerro del Águila, Francisco Carreras Iglesias, Paquili, y miembros de la junta de gobierno del Buen Fin, cofradías que mantienen una estrecha relación con el anterior prelado de la Archidiócesis de Sevilla. Esta próxima Semana Santa, siete de cada diez hermandades, en sus recorridos de vuelta a sus templos, una vez finalizada su estación de penitencia, tomarán por Cardenal Amigo Vallejo antes de iniciar la Cuesta del Bacalao o de continuar la marcha por Hernando Colón. El nombre de Placentines queda reservado para la estrechez entre la nueva calle y Argote de Molina y desde ese punto hasta Francos.
