Redacción. El Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla advierte de que el verano es una de las épocas del año de mayor riesgo para los pacientes con gota. Y es que las altas temperaturas y la deshidratación pueden propiciar ataques de gota, así como las vacaciones traen consigo muchas tentaciones alimenticias (alcohol, marisco, barbacoas, entre otras).
En este sentido, la reumatóloga del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa Lola F. F. Bursón apunta algunas recomendaciones para reducir estos brotes. En primer lugar, recuerda que el tratamiento médico no debe cambiar con los hábitos del verano ni estando de vacaciones, sino que por el contrario se ha de tener especial precaución con ello al ser un periodo sensible.
Asimismo, la doctora Lola F. F. Bursón aconseja mantenerse especialmente bien hidratado, ya sea a base de agua u otras alternativas sanas tales como agua con gas, aguas de frutas, leches animales y vegetales, smoothies, entre otras; evitando las bebidas azucaradas como la mayoría de los refrescos y zumos a base de concentrado, debido a que el azúcar le “roba su sitio” al ácido úrico en el riñón e impide que éste lo expulse. Sin embargo, según la reumatóloga, los zumos de fruta hechos con la pieza entera o conteniendo trozos de la piel o la pulpa son “muy aconsejables”, ya que la liberación del azúcar que contienen es más lenta y aportan un extra de vitamina C que contribuye a reducir el úrico.
Otro punto fundamental para evitar los ataques de gota es el consumo moderado de alcohol. “En general, cualquier tipo de alcohol favorece la acumulación de urato, pero la cerveza por sí misma, incluso sin alcohol, es la que más”, señala Lola F. F. Bursón, quien precisa que “no se trata de no beberla nunca, sino de restringir su consumo”. “Es preferible tomarla sin alcohol o aclarada con zumo de limón, si bien, si hubiera que elegir alguna bebida más segura, sería el vino tinto o alternativas como el tinto de verano o sangría, aunque teniendo cuidado con el azúcar”, añade.
Igualmente, como recuerda la reumatóloga del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, otro factor de riesgo es el sobrepeso. En verano, es fácil perder la rutina de ejercicio, por lo que la ganancia de peso favorece la acumulación de úrico y aumenta el riesgo cardiovascular, que ya de por sí se encuentra aumentado en los pacientes con gota. Por tanto, se recomienda mantener ejercicio físico regular, así como evitar tanto las comilonas como las dietas de ayuno prolongado para reducir peso. Ambos extremos también incrementan los niveles de urato en sangre.
De otro lado, la especialista quiere desmitificar que el tomate sea perjudicial para este tipo de pacientes. “En los estudios no se ha comprobado que las purinas de los alimentos de origen vegetal aumenten los valores de ácido úrico, por lo que alimentos que tradicionalmente se desaconsejaban, hoy en día se pueden tomar –tomate, espárragos, espinacas, entre otros—“, explica la doctora Lola F. F. Bursón, al tiempo que insiste en que “los pacientes pueden tomar salmorejo, gazpacho o tomate aliñado sin problema, siempre que el consumo no sea a diario. No hay que restringirlos como si fueran carne roja o marisco”.
Por último, la reumatóloga del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa Lola F. F. Bursón hace hincapié en que “en la salud siempre es mejor prevenir que curar”. No obstante, a su parecer, “restringir todo sólo conduce al estrés y la frustración y al final uno lo acaba dejando”.
“Casi todo puede hacerse en su medida, limitándose unos días y dándose un pequeño capricho otros, según cómo vaya la enfermedad. Por eso es bueno conocer qué está en nuestra mano para mejorar la calidad de vida”, concluye.