Carmen González. La cercanía de la residencia de mayores ‘La Milagrosa’ de Marchena con las viviendas de la calle en la que se encuentra hace que cada día se pueda ver una curiosa imagen: la de los mayores residentes jugando al bingo con las familias de la calle, una diversión bastante llamativa sobre todo para los niños de la calle.
Se trata de un centro residencial «con carácter de centro mixto polivalente especializado de atención al mayor, que presta asistencia integral y permanente a personas mayores en situación de dependencia, con una capacidad máxima para 37 personas de ambos sexos», como explica la web oficial de la Diputación Provincial de Sevilla, organismo que la gestiona.
Ayudados por sus cuidadoras, los mayores se arman cada día de cartones y ficha, y con la ayuda de unos altavoces juegan al bingo con los vecinos de la calle La Milagrosa, que da nombre al edificio, pasando el rato lo mejor posible para que el confinamiento se haga más ameno.
La actividad surgió como una más a la hora de intentar pasar las horas sin salir a la calle lo mejor posible, pero ahora es todo un divertimento social, en el que los mayores «compiten» no sólo contra ellos mismos, sino que trasladan su juego a las casas más cercanas a la residencia, donde en los balcones los cartones se tachan al ritmo que marcan ellos.