Ana Rodríguez. José Carlos Mantilla Herrera es un periodista sevillano de 29 años que ha residido durante casi cuatro años fuera de España, a caballo entre Escocia y Polonia. Su plan inicial era aprender inglés imbuyéndose en la cultura de un país de habla inglesa, un objetivo conseguido que le va a servir para buscar nuevas oportunidades fuera de nuestras fronteras.
Aunque nació en Sevilla capital, a los tres años su familia se mudó al pueblo de su madre, Bollullos de la Mitación, por lo que José Carlos se siente plenamente bollullero. Allí se crió rodeado de sus 25 primos y donde hizo grandes amigos que sigue conservando a día de hoy. «Recuerdo mi infancia de forma feliz, ya que disfruté jugando en la calle con mis primos y amistades hasta altas horas de la tarde, y hacía cosas con total libertad, pues siempre íbamos acompañados a cualquier evento que surgiese», afirma el joven.
Tras estudiar ESO en Bollullos de la Mitación y Bachillerato en Sanlúcar la Mayor, accedió al grado superior en Producción Audiovisual y Espectáculos en Tomares, sacando buenas notas. Hizo prácticas en Telecinco Sevilla y luego se tomó un año sabático durante el cual vivió en Estados Unidos, donde visitó a uno de sus tíos que reside en San Francisco.
Al regresar a España, cursó los estudios de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, planteándose irse al extranjero tras terminarlos. Como José Carlos explica: «la mayoría de mis compañeros tenían la salida de comenzar un postgrado o máster. El alto precio de los másteres en España de forma presencial hizo que decidiese salir del país para conocer el inglés de buena mano».
Iniciaba así su aventura como Sevillano por el Mundo. Un camino que no se arrepiente de haber emprendido a pesar de los nervios y miedos que le surgieron antes de irse en aquel mes de septiembre de 2015. Así narra su experiencia el bollullero:
– Háblame de tus estancias en el extranjero.
– Mi andadura en el extranjero, con el objetivo siempre de conocer el idioma, comenzó en Perth, una pequeña ciudad entre Glasgow y Edimburgo. El motivo por el que me mudé aquí fue porque tenía un viejo conocido que decidió echarme una mano en mi primer mes de aventura. Comencé a trabajar en un restaurante de tapas españolas/ francesas. Al llegar mi conocimiento del inglés era muy básico, pero pensaba que conseguiría destacar al conocer la mayoría de los platos. Fue un auténtico desastre.
Mi segundo trabajo fue de barista en una cadena de cafeterías, donde comencé desde el trabajo más básico (barista en entrenamiento) hasta ser barista, barista maestro y assistant manager.
Tras esto, encontré un trabajo en Edimburgo como traductor de inglés/español en una multinacional, donde no pasé mucho tiempo debido a que me mudé a Polonia con mi expareja.
Mi segunda ciudad en el extranjero fue Gdańsk, una ciudad al norte de Polonia donde estuve trabajando como traductor de español/inglés en una multinacional hasta febrero de 2019
– ¿Cómo es Gdańsk?
– Es una ciudad bastante grande, allí pasé un invierno frío con temperaturas muy extremas. Acostumbrado a tener temperaturas de 30 grados en Sevilla, viví -10 o -15 grados en Polonia, aunque el cuerpo humano se adapta a cualquier cosa bastante rápido. La ciudad es bastante bonita, incluso nevada. Los polacos tuvieron que reconstruir esta ciudad desde los cimientos y a veces desde viejas fotografías.
Los polacos son gente a la que hay que conocer, es decir, que a simple vista no son abiertos (y no se les puede culpar, si nosotros hubiésemos sufrido lo que sufrieron en las guerras mundiales, estaríamos igual o peor), pero una vez que entras en el vínculo con ellos, son una amistad para toda la vida.
– ¿Cómo fueron tus primeros días en el extranjero?
– Mis primeros días, tanto en Escocia como en Polonia, fueron bastante duros, ya que salí con un conocimiento inexistente del idioma y de la gente. Cambié mi zona de confort por tener una buena oportunidad. Puedo afirmar que en Perth estaba más arropado debido a que tenía varios conocidos y los españoles allá donde vamos hacemos piña.
Mi experiencia en Polonia fue aún más dura, ya que a pesar de que manejase el inglés, los polacos son bastante cerrados, y el desconocimiento del polaco puede cerrarte algunas puertas.
– ¿Cuál era tu nivel de idiomas cuando saliste de España?
– Mi nivel de inglés era bastante deficiente, iba con el nivel B1 necesario para finalizar mis estudios universitarios. Y bastante ingenuo creyendo que me creía nativo y suficiente para realizar cualquier trabajo. Poco a poco el oído se va acostumbrado al habla y acento de las personas que te rodean y empiezas a entender y hacer las cosas de forma mecánica.
– Cuéntanos alguna anécdota que te haya ocurrido durante alguna de tus estancias.
– Anécdotas muchas. En Edimburgo estaba paseando con mi expareja por la ciudad y un grupo de españoles me pidió que les hiciera una fotografía a través de gestos. Les hablé en español tras devolverle el móvil y se reían de la situación.
En mi trabajo como barista, una española vino a pedir un ColaCao con un inglés roto y me tuve que reír a carcajadas por la situación.
La que más me marcó quizás puede ser cuando hice una entrevista de trabajo en inglés, en la que, sin saber el idioma, intenté parecer una persona formal, correcta e ideal para el puesto. Tras 45 minutos de entrevista, me di cuenta de que mi jefe era vasco.
– ¿Cuál es tu balance de la experiencia?
– Mi experiencia es bastante positiva. Uno madura mucho con cualquier experiencia que haya vivido. Cada persona con la que te cruzas en la vida te da un punto de vista diferente y te hace ver qué problemas reales son por los que uno se debe preocupar.
– Actualmente has regresado a España. ¿Qué estás haciendo en estos momentos en Sevilla?
– Por circunstancias de la vida, ya no estoy con mi pareja, que es polaca, y llevo un par de meses en Sevilla, donde me siento arropado para poner de nuevo todas las ideas en pie y volver a la aventura. En estos dos meses he comenzado un máster de Marketing y Comunicación Digital online en el instituto IMF. Por un lado estoy intentando conseguir alguna experiencia en comunicación, ya sea de periodista o relacionado con el marketing.
– En tus planes está volver al extranjero. ¿Cuándo te irías? ¿A qué ciudad y por qué?
– Pues siendo sinceros, tan pronto como pueda. España es mi país y me encanta, pero hemos de reconocer que las oportunidades escasean. Tengo varias ciudades en mi punto de mira, entre ellas Newcastle, Glasgow o Polonia.
La razón es bastante simple, comenzar de cero es bastante complicado si no tenemos ayuda de algún conocido o compañero. En cada una de estas ciudades hay amigos y conocidos que tienen la puerta abierta por si la necesito.
– ¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
– Mi objetivo es intentar conseguir ‘meter cabeza’ en el mundo de la comunicación. En el extranjero existen las ‘working experience’ que hace que todo el mundo tenga la oportunidad de hacer lo que le gusta.
– ¿Qué piensa tu familia y amigos de tus continuas estancias fuera?
– Mi familia siempre me ha apoyado mucho en mi estancia en el extranjero. Obviamente les gustaría que me quedase de por vida con ellos, pero no ponen ninguna traba a que salga a cualquier parte del mundo.
– ¿Qué es lo que más echas de menos de Sevilla cuando estás lejos?
– Habiendo vivido en Escocia y Polonia, dos países donde escasea la luz, llegué a decir a veces que echaba más de menos el sol que a mi madre. Pero obviamente se echa de menos a la familia, los amigos, la comida y la forma de vivir que tenemos en Andalucía.
– ¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España?
– Sí, desde luego. El extranjero te hace crecer como persona y te hace ver tus verdaderas prioridades en la vida. La familia siempre estará ahí para lo que necesites y la experiencia de vivir fuera es para toda la vida.
– Por último, un mensaje a los sevillanos.
– Que no tengan miedo de salir de su zona de confort, ya que Reino Unido está muy preparado para los extranjeros, independientemente de si nuestro idioma es mejor o peor. El querer conocer un segundo idioma es una forma de envidiar para muchos.
Muchas gracias