M.C.Contreras. El girasol sevillano (Sevilla es la líder española en este producto) inicia su campaña con menos hectáreas pero con un producto de mucha calidad.
Lo explica el responsable de cultivos herbáceos en Coag-Andalucía, Ramón García, que señala que “se mantiene la tendencia a la baja, aunque es un descenso menor que en otros años”, con circunstancias como “tierras que se van dejando de sembrar, se siembran de garbanzo, de olivar intensivo o se comienza a trabajar con parcelas de almendros”.
No obstante, las lluvias del mes de abril «han venido muy bien tanto a los girasoles tempranos como a los posteriores, porque es una planta que no requiere agua, al tener una raíz pivotante, que aprovecha bien la humedad profunda, y si incluso lloviese en mayo o durante la floración ya sería perfecto”.
Cifras. En cifras, se observa una tendencia a la baja en número de hectáreas plantadas a nivel nacional, que es más acusado en Andalucía, que en la campaña de 2018 confirmó la pérdida de una cuarta parte de su superficie de girasol al pasar de las 321.000 hectáreas de 2013 a 240.000 el año pasado.
La provincia de Sevilla, primera productora de girasol de España, perdió más del 23 % de su superficie y se quedó en 126.000 hectáreas, 38.000 hectáreas menos de las que se sembraban hace cinco años.
Respeto a la producción, en Andalucía llegó el año pasado a unas 312.000 toneladas, inferior a las 405.000 de la anterior campaña.