Redacción. El Servicio de Otorrinolaringología (ORL) del Hospital Universitario Virgen Macarena, suele indicar intervención de cuerdas vocales (fonocirugía) en pacientes con lesiones donde las técnicas conservadoras no son eficaces. Es ese momento donde lo más importante es la prevención, junto con una intervención y evaluación individualizada y precoz del paciente. Una actuación coordinada eficazmente entre los Servicios de ORL y Medicina Física y Rehabilitación, explican los especialistas.
Solo en 2021 se evaluaron 508 pacientes con patología de voz en la Unidad de Foniatría y Logopedia del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del centro hospitalario, de los cuales 76 fueron pacientes que habían precisado fonocirugía. En todos los casos, se realizó una evaluación acústica y funcional de la voz por parte del médico rehabilitador previamente a la intervención, así como tras ésta, cuando ya el paciente está autorizado por parte del cirujano otorrinolaringólogo a emitir voz, se diseña el programa rehabilitador más especifico en cada caso.
Desde 2019, los citados servicios de ORL y Rehabilitación acordaron mejorar la coordinación en la atención de los pacientes con disfonías complejas, donde la modificación de los factores causales de las lesiones era más complicada y en los que la discapacidad generada por el trastorno vocal, tenía una repercusión más significativa en su calidad de vida e incluso en sus posibilidades laborales. Por ello, era más precisa una vía de acceso a las pruebas diagnosticas y terapéuticas más eficaces.
Abordaje rehabilitador
El paciente, tras la evaluación médica, es atendido in situ por los logopedas de la Unidad, pautando el programa de inicio gradual de la voz y corrigiendo factores perjudiciales que puedan generar recurrencia del proceso. Posteriormente, tras la evaluación postcirugía, el logopeda aplica un programa terapéutico dirigido fundamentalmente a evitar un mal uso vocal y restaurar una función vocal normal de forma presencial e individualizada, habiéndose incorporado a las técnicas clásicas, otras como la Terapia Vocal Semiocluida.
Posteriormente el seguimiento médico y terapéutico, se realiza de forma más individualizada y con mejores resultados, mediante la incorporación de herramientas telemáticas que se han convertido en sistemas habituales en nuestro medio debido a la pandemia por SARS-CoV-2.