Redacción. Nace Daniel, pero no en el hospital, como estaba previsto. Pocas noticias son tan buenas como la del nacimiento de un niño o niña. Y cuando se produce una situación especial, con alguna dificultad sobre lo que estamos acostumbrados a ver en los partos de hoy en día, es aún mejor noticia el feliz desenlace.
El pequeño recién nacido en Dos Hermanas, hijo de Beatriz, tenía muchas ganas de salir al mundo exterior y generó una situación en principio angustiosa pero con el mejor final que se puede desear. Nació en su casa, como en otros tiempos, y podrá contar cuando sea mayor la singularidad de su llegada a la luz del pueblo sevillano.
El nuevo nazareno, Daniel, es hijo de Beatriz Galán, de 41 años, vecina de Dos Hermanas, y de Javier, su marido. El 6 de septiembre quedará como una fecha estelar para esta familia. Ese día iban a salir para el hospital con objeto de dar a luz y todo se precipitó. Pero la voluntad del pequeño Daniel determinó que llegara al mundo en el cuarto de baño de su casa, asistiendo a la madre el propio marido con instrucciones por teléfono de un médico del 061.
Tensión y nerviosismo que al poco pudieron transformarse en la mayor felicidad, cuando el pequeño vió su primera luz. Sin embargo, la natural preocupación que la situación provocaba en los padres fue llevada por estos con la suficiente serenidad. Incluso hubo un momento que los médicos al otro lado del teléfono llegaron a preocuparse, al no escuchar a la madre quejarse.
La decisión de no acudir al hospital se produjo cuando comprobaron que el bebe ya tenía la cabeza asomándose, entendiendo que lo más seguro, tanto para la madre como para el niño era no moverse.
Cuando empezaron las contracciones acudieron en primera instancia al hospital. Allí les indicaron que el alumbramiento no tenía que ser inminente, aunque tenía contracciones cada cuatro minutos. La razón del regreso a su casa fue que en el centro sanitario cesaron dichas contracciones.
De nuevo en el domicilio ya no tuvo tiempo de volver al centro hospitalario, y junto a su marido y su hijo de nueve años, Leo, llamaron al 061 para pedir ayuda. Beatriz afirma que el marido estaba en todo momento al habla con un médico que le iba dando las instrucciones pertinentes, al tiempo que se había activado una ambulancia que se dirigía a su casa.
En el silencio de espera que el bebe saliese escucharon a Javier -su marido- decir que «era precioso y toda la casa se puso a llorar”. Ya con el niño en brazos llegó el dispositivo médico a la vivienda, que cortó el cordón umbilical y trasladó a madre y bebé al hospital de Valme, de donde recibieron el alta 24 horas después.
El niño, Daniel, nace hermoso, con 2,4 kilos, y los padres han agradecido a los médicos su trabajo. Al teléfono estaban Elena y Miguel, «dos ángeles» a los que esperan conocer muy pronto.
Fotos: Instagram de Beatriz Galán Pérez (@vivalavitab).
