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El nuevo «reducto pompeyano» refuerza la tesis de que la batalla de Munda fue librada en Osuna o Écija

El contexto de esta investigación no es otro que las operaciones militares desplegadas durante la segunda guerra civil de la República romana en el territorio de Hispania correspondiente a la Bética

reducto pompeyano
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Redacción. El investigador de la Universidad de Granada Juan Antonio Pachón Romero ha defendido que su reciente estudio que identifica en el cerro de Las Cabezas de Osuna un «reducto pompeyano» sitiado por las tropas de Cayo Julio César, en el marco de «la derrota pompeyana de Munda y la caída de Urso»; refuerza las tesis según las cuales los restos de la antigua ciudad de Munda, clave en la finalización de la segunda guerra civil de la República romana, descansarían en el actual término municipal de Osuna o parte del de Écija, en la provincia de Sevilla.

Juan Antonio Pachón ha evaluado el impacto de tal trabajo de investigación, publicado en 2024 junto con Lorenzo Cascajosa Sánchez, del Museo de Osuna; y titulado «El paisaje arqueológico del Bellum Hispaniense. Un nuevo escenario con glandes inscriptae del conflicto tardo-republicano: Cerro de Alcalá/Las Cabezas (Osuna, Sevilla)».



El contexto de esta investigación no es otro que las operaciones militares desplegadas durante la segunda guerra civil de la República romana en el territorio de Hispania correspondiente a la Bética; marco en el que los autores de este trabajo señalan desde el principio el «problema específico en torno a la posible ubicación geográfica de la Munda pompeyana» y, por ende, «de la decisiva batalla del mismo nombre», librada en marzo del año 45 antes de nuestra era y saldada con la victoria de las tropas de César sobre las de Cneo Pompeyo el Joven.

Y es que además de la tesis tradicional de que la refriega fue disputada en las inmediaciones de la actual Montilla (Córdoba), pesan propuestas que apuntan a espacios de Osuna, –la antigua Urso–; o entre los actuales términos municipales de Herrera y Écija.



En sus conclusiones de este estudio, estos autores señalan la «clara implicación del yacimiento» del cerro de Las Cabezas o de Alcalá en «las vicisitudes bélicas de la campaña militar definitiva que articuló la derrota pompeyana de Munda y la caída de Urso ante las tropas cesarianas».

EL CERRO DE ALCALÁ Y MUNDA

Al respecto, Juan Antonio Pachón ha explicado que aunque «el cerro de Alcalá es bastante interesante» y de gran «importancia» desde el punto de vista arqueológico, no sería posible sostener la hipótesis de que el enclave correspondiese a la emblemática ciudad de Munda; sobre todo porque este yacimiento ursaonense «no tiene entidad» suficiente ni envergadura para encuadrar en el perfil. «El cerro de Alcalá no era Munda porque es muy pequeño. Munda era un lugar de mayor relevancia», ha resumido.

En ese sentido, ha precisado que el valor de este estudio en el debate sobre la localización de la batalla de Munda reside en la identificación de «un nuevo sitio con restos de la contienda»; reflejando que el cerro de Alcalá y su entorno fueron escenario de «una actividad bélica más importante de lo que se había creído hasta ahora».

«Es decir que el cerro de Alcalá fue un punto más en los movimientos de los ejércitos en la guerra pompeyana», lo que «sugiere que Munda andaba cerca», ha explicado este investigador, defendiendo que la identificación de este enclave «añade un punto más para apoyar las tesis según las cuales Munda estaría en el (actual) término municipal de Osuna y parte del de Écija, en la zona de Las Camorras o de los Llanos del Águila».

En su investigación, Juan Antonio Pachón y Lorenzo Cascajosa ponen el foco en un grupo de «glandes» o proyectiles, la mayoría de ellos de plomo, descubiertos en los alrededores del cerro de Las Cabezas o de Alcalá, localizado al noreste de Osuna, prácticamente en el límite de su término municipal con el de El Rubio.

LA LOCALIZACIÓN DEL CERRO DE LAS CABEZAS

Se trata de un cerro de «importancia estratégica», respecto al cual a finales de los años 70 del siglo XX, el arqueólogo Ramón Corzo señalaba la presencia de «vestigios íberos y romanos, junto a claras trazas urbanas» con «evidentes peculiaridades defensivas».

Así, los autores de este trabajo destacan «la notable importancia del asentamiento, incluso llegando a patentizar la presencia de alguna edilicia defensiva de cierto porte».

A continuación, estos investigadores precisan que el grupo de «glandes» o proyectiles metálicos objeto de su estudio procede de «varias colecciones particulares» fruto de «recuperaciones que tuvieron lugar en la década de los años 70 del siglo pasado» en «las llanuras contiguas» al cerro de Las Cabezas o de Alcalá.

Juan Antonio Pachón y Lorenzo Cascajosa explican que «la gran novedad de estos grandes glandes» reside en que los mismos «sirvieron como soporte de inscripciones con las consecuencias interpretativas»; comenzando por uno de los proyectiles, que presenta una «posible A» y la figura de un escorpión», suscitando un «debate» científico «sobre la naturaleza púnica o romana» de este objeto.

Estos autores destacan además la inscripción de otro de los proyectiles con una «alusión» a Sertorio, –procónsul de Roma en Hispania que décadas antes del final de la segunda guerra civil en el que se encuadra la batalla de Munda lideró una rebelión en la península–; al constituir este glande una «discrepancia cronológica» y una «posible inconsistencia espacial» respecto al resto de objetos de este grupo.

«Las inscripciones del resto de glandes son, en gran medida, lo que podemos denominar canónicas: leyendas muy conocidas que portan reiterativamente la típica alusión a Pompeyo, como reivindicación de sus hijos en reclamación del título de imperator», agregan estos investigadores, no sin poner especial énfasis en la «sorpresa implícita» en que la inscripción de uno de estos ejemplares presenta una «transliteración de la fórmula IMP en PMI».

«Ninguna de las tres iniciales parece coincidir con lugares referidos en el Bellum Hispaniense, salvo quizás M(unda) y, aunque la posibilidad resulte tremendamente atractiva, no debemos arriesgarnos por unos derroteros mucho más especulativos que los que hasta ahora hemos podido recorrer», avisan estos autores.

«CONEXIÓN DIRECTA» CON LA URSO POMPEYANA

En cualquier caso, este estudio señala «la contextualización cultural de los hallazgos y la comprensión común de los hechos históricos que se desarrollaron a lo largo de la primavera del año 45» antes de nuestra era; explicando que los datos cosechados «relacionarían los proyectiles de plomo, en su conjunto, salvo el glans de Sertorio, con la segunda guerra civil cesáreopompeyana, dado que el contexto geográfico del lugar de procedencia de todos los ítem permitiría una conexión directa con el cercano sitio de Urso, donde se han encontrado prácticamente todos los paralelos arqueológicos que estos glandes de plomo vienen a evidenciar».

La mayoría de estos proyectiles, como detalla esta investigación, «son armas que corresponderían sin duda al bando pompeyano, pero asociadas -en apariencia- a otro proyectil diferente que pertenece al equipamiento militar de la anterior guerra civil, en particular al aprovisionamiento característico de las tropas sertorianas».

Este conjunto de «balas de plomo», según este estudio, constituye así una suerte de «fotografía muy reducida de lo que debió ser una batalla de la antigüedad», un «hecho bélico en el que hubo otros muchos elementos militares» ajenos a este trabajo de investigación y que habrán de ser objeto de «la adecuada investigación de campo que el sitio exige»; en el que en cualquier caso, el cerro de Las Cabezas habría sido un «reducto pompeyano» sitiado por las fuerzas cesarianas.

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