Redacción. En poco más de tres años, y con la participación colaborativa de cientos de personas tanto en la fase de observación como de identificación, el proyecto de ciencia ciudadana ‘Biodiversidad en la Universidad Pablo de Olavide’ (UPO) de Sevilla ha superado la «destacable» cifra de 1.000 especies inventariadas en los terrenos del campus a través de más de 5.000 observaciones de seres vivos.
«Este hito, sin duda, consolida a la UPO como una de las universidades que cuenta con un mayor patrimonio natural a nivel nacional, y estimula los esfuerzos para conocer, poner en valor y conservar la biodiversidad del campus», ha expresado el profesor del Área de Botánica de la UPO Santiago Martín Bravo quien, junto al investigador postdoctoral en los Royal Botanic Gardens, Kew, Inglaterra, José Ignacio Márquez Corro, puso en marcha a finales de 2020 este proyecto que permite la interacción de naturalistas aficionados y profesionales y que genera datos científicos que pueden ser usados por la comunidad investigadora, según ha informado la universidad en una nota de prensa.
Así, esta iniciativa se desarrolla dentro de iNaturalist, una plataforma que permite a cualquier persona aportar datos científicos mediante observaciones de seres vivos, contribuyendo de esta manera a la generación de conocimiento y conciencia ambiental en la ciudadanía.
Actualmente, el proyecto ‘Biodiversidad de la Universidad Pablo de Olavide’ cuenta con 5.212 observaciones de 1.026 especies distintas. Entre los principales grupos de seres vivos catalogados, cabe destacar las plantas silvestres, con 452 especies, como la margarita mediterránea, la malva de campo o la viborera, así como las ornamentales, con 189, entre las que se encuentran la adelfa, el olivo y el granado. En el inventariado de este último grupo ha sido de especial relevancia la colaboración del servicio de Coordinación de Política Ambiental de la UPO, de la mano de Francisco José Fernández Martín.
En cuanto a la fauna, se han inventariado hasta el momento 397 especies, de las cuales casi el 75% corresponden a insectos como la mariposa arlequín, la abeja melífera o la mantis ibérica. Las aves, con 79 especies catalogadas, son un grupo cuya observación y estudio cuenta con gran cantidad de aficionados y en el que la UPO destaca por su gran riqueza, en la cual las lagunas del campus juegan un papel fundamental.
Junto a aves bien conocidas y habituales en entornos urbanos, como el gorrión, el mirlo o la golondrina, aparecen otras especies ligadas a hábitats más naturales, especialmente aves acuáticas como el morito, el calamón, la garceta común y la focha. Se han inventariado algunas especies relativamente escasas o esquivas, cuya presencia en el campus puede resultar sorprendente, como el avetorillo o las coloridas oropéndola y martín pescador, además de multitud de pequeños pájaros paseriformes y diversas aves rapaces diurnas y nocturnas.
También se han documentado, entre otros animales, ocho especies de reptiles, entre los que se encuentran la salamanquesa, la lagartija colilarga y tres especies de serpiente, siete de mamíferos, como el erizo y el zorro, y seis de peces, como la carpa común o el barbo. Por último, los hongos y los líquenes también están presentes en el campus con 44 especies identificadas hasta el momento.
«A pesar de esta sorprendente diversidad de seres vivos en nuestro campus, estamos seguros de que hay todavía centenares de especies en la UPO esperando a ser inventariadas, por lo que animamos a todo aquel interesado a contribuir con sus observaciones de biodiversidad», han afirmado los impulsores del proyecto.
Este logro ha sido posible gracias a la participación colaborativa de más de 200 personas como observadores y más de 800 como identificadores. En el proyecto puede participar de manera totalmente libre y gratuita cualquier ciudadano, sea o no parte de la comunidad universitaria, interesado en el conocimiento de la naturaleza.
De esta forma, mediante la instalación en el teléfono móvil de la aplicación ‘iNaturalist’ y la toma de fotografías de cualquier especie de ser vivo, cualquiera puede contribuir con sus observaciones que, posteriormente, son identificadas de manera colaborativa por los casi tres millones de usuarios a nivel global que componen la comunidad de esta plataforma. Aquellas observaciones que se realizan en los terrenos de la UPO se agregan automáticamente al proyecto.
MÁS QUE UN INVENTARIO DE LA BIODIVERSIDAD DEL CAMPUS
Además de para la catalogación de especies, este proyecto se emplea como herramienta de gestión del patrimonio natural de la Universidad Pablo de Olavide, incluyendo la identificación y seguimiento de determinadas especies de interés biológico o conservacionista (especies raras o amenazadas, endemismos de distribución restringida, etcétera), pero también para la detección temprana y monitorización de la expansión de especies exóticas invasoras, que constituyen una de las principales amenazas para la conservación de la biodiversidad.
Por otra parte, el alcance de esta plataforma de ciencia ciudadana excede el mero inventariado de biodiversidad y constituye un potencial recurso TIC para la docencia universitaria que se viene aplicando de manera exitosa en la UPO como herramienta de innovación docente durante los últimos cursos académicos, en concreto, en asignaturas relacionadas con la botánica.
«Se ha comprobado cómo el uso de esta aplicación actúa como herramienta ‘gamificadora’ que no solo contribuye a una mejor asimilación de los conocimientos téorico-prácticos, sino que despierta el interés y favorece el acercamiento a la naturaleza por parte de los estudiantes, estimulando su motivación por el aprendizaje», ha explicado Martín Bravo.